Un tablero y las piezas. No necesitan más para seguir haciendo lo que les ha gustado siempre. Los ajedrecistas se sienten bendecidos porque, a pesar de la cuarentena, pueden practicar a cabalidad su deporte favorito.

Claro, al igual que todas las disciplinas deportivas del mundo, pagaron un alto precio: se suspendieron las competencias oficiales. Algunas tan importantes como el selectivo nacional para ir a las Olimpiadas de Rusia en septiembre o la Copa del Mundo, el mismo mes.

Pero, por ahora, están tranquilos porque pueden seguir en contacto con sus principales rivales gracias a las diversas plataformas online.

En ellas se enfrentan todos los días a jugadores de todo el mundo. Hay partidas rápidas, otras que requieren cierto nivel y varias que impulsan esta práctica deportiva con diferentes incentivos.

El internet ha permitido que las clases no se detengan y que los entrenadores puedan supervisar el progreso de cada uno de los deportistas.

Pero además, en cada caso, los ajedrecistas tratan de sacar el máximo provecho al encierro. Por ejemplo, Anahí Ortiz se ha dedicado a revisar los estilos y estrategias de los próximos rivales.

“Hay una base de datos con el desempeño de otros deportistas. Ahí podemos prepararnos para hacer aperturas y estrategias”, indicó.

Además, tiene más espacio para la lectura. Revisa libros sobre táctica y cálculo. “La rutina no cambia tanto porque un ajedrecista debe crear el hábito de estudiar solo y no esperar que un entrenador esté controlando cada cosa”, dijo Ortiz.

Jean Zambrano no ha parado en su preparación. Todos los días participa en torneos online. Las plataformas que usa son lichess.com, chess.com y chess24.com.

En general, los chicos de Manabí tienen entrenamientos prácticos. El maestro internacional Carlomagno Oblitas envía ejercicios, videos y material de apoyo. Además, participan en torneos que dan puntos para el rating virtual (nivel).

También se apuntan trofeos, medallas y regalos, que serán entregados cuando puedan efectuarse eventos masivos. En los torneos con mayor nivel hay, inclusive, premios económicos.

Jacqueline Bosch, quien forma parte de la élite de este deporte en el Ecuador, también se dedica a estas competencias online. Su esposo, Hugo Muñoz, es maestro de ajedrez. Pero curiosamente no se enfrentan en casa. “Jugamos en línea, si nos toca mediante la plataforma nos enfrentamos, en casa, presencial, no lo hacemos”, explicó Bosch.

A ella le gustan las partidas rápidas o meterse en páginas que dan retos diarios, como resolver situaciones o problemas dentro del tablero.

Carla Heredia, en cambio, comparte su tiempo entre las prácticas y las clases.

Es profesora de la escuela pública de California. Todos los días da clases online a los niños. También es community manager de una academia de ajedrez y lo puede desempeñar remotamente.

Su entrenamiento lo cumple a cabalidad gracias a las aplicaciones webs. Su entrenador está en Riobamba, pero todos los días recibe los ejercicios y evaluaciones.

Las últimas dos semanas fueron diferentes para ella. Si bien pudo entrenarse con normalidad y cumplir con sus tareas, tuvo que hacerlo en un departamento prestado. Llegó al país hace dos semanas y tuvo que cumplir con el aislamiento. Recién hoy irá a casa para compartir con sus padres.

“Mi encierro ha sido algo complicado por el aspecto personal. Me ha ganado la necesidad de estar en casa con mis padres para hacerme cargo de las cosas, como salir a comprar lo básico. Pero no había otro camino. Tenía que cumplir con este plazo de aislamiento para seguridad de los míos”, concluyó Heredia.

Un torneo para recaudar fondos

Carla Heredia está organizando un torneo de ajedrez online para el 11 de abril. La inscripción costará cinco dólares. Todo lo recaudado será para armar kits de ayuda y alimentos para las familias más afectadas durante la cuarentena. La meta es llegar por lo menos a los 100 participantes. “Nosotros tenemos la oportunidad de ayudar. En estos momentos otras familias la están pasando muy mal y necesitan una mano. El encierro no es tan grave con todas las comodidades que algunos tenemos. En realidad somos unos afortunados y es momento de dar un poco”, indicó la deportista.

El torneo no será solo para jugadores ecuatorianos. Tampoco habrá un nivel mínimo como requisito. La idea es que se sume la mayor cantidad de participantes. “Sin duda habrá espacio para divertirnos en ese torneo, pero más que nada quedará la satisfacción de ayudar en algo”, concluyó.