Los videojuegos nacieron como recreación para tiempos de ocio. Sin embargo, lo que empezó como un pasatiempo se convirtió para algunos en una profesión a la que le sacan provecho de manera positiva o negativa. Los hackers, quienes se encuentran en este último grupo, buscan alterar el funcionamiento del juego para obtener capacidades que les vuelven invencibles frente al objetivo común: salir vencedor de la disputa.

Ver a través de las estructuras, identificar a todos los rivales de la partida fuera del rango de visión o disparar las balas a la cabeza del adversario son algunas de las falsas cualidades que se adquieren con los hacks y que mayormente se aprecia en los juegos de shooters (disparos).

Las compañías que crean títulos con modalidad de Battle Royale (enfrentamiento entre varios oponentes en tiempo real) han tenido que tomar estrictas medidas para erradicar a los tramposos de sus torneos competitivos e, incluso, para evitar que formen parte de las partidas públicas y dejen de proliferar. ¿Por qué? Porque acaban con la esencia y diversión.

Una de las razones que mantiene vivos a los tramposos es que detrás de las habilidades engañosas existen jóvenes que dedican su tiempo a crear y vender hacks a quienes no logran destacar por mérito propio. Sin evitar mencionar la facilidad con la que se puede acceder a este 'paquete de trampas' según jugadores que ya los han probado: bastarían $ 12 y 10 minutos de tiempo.

Según una investigación de la BBC, uno de los jóvenes que se dedicaba a crear trampas en el juego Rainbox Six Siege, ganaba a la semana $ 1.500 con la venta de sus servicios. Era su trabajo, y aunque sabía que en caso de ser descubierto pagaría las consecuencias, continuaba haciéndolo.

Para Lenín Hurtado, especialista en Derecho Informático y Propiedad Intelectual, existen casos en los que se hace la distinción entre un hacker y un cracker. El primero es el inquieto, travieso. El segundo busca hacer daño. 

Sin embargo, cuando se trata de sancionar, poco importará la diferenciación. "En nuestro Código Orgánico Integral Penal se establece que la vulneración de sistemas de seguridad, el acceso no autorizado a sistemas o programas informáticos, es una infracción independientemente de la intención", explica Hurtado.

Por tanto, en Ecuador también son condenables estas prácticas. Lo especifica el artículo 234 del COIP: "La persona que sin autorización acceda en todo o en parte a un sistema informático o sistema telemático o de telecomunicaciones o se mantenga dentro del mismo en contra de la voluntad de quien tenga el legítimo derecho, para explotar ilegítimamente el acceso logrado, modificar un portal web, desviar o redireccionar de tráfico de datos o voz u ofrecer servicios que estos sistemas proveen a terceros, sin pagarlos a los proveedores de servicios legítimos, será sancionada con la pena privativa de la libertad de tres a cinco años".

¿Qué han hecho las compañías para erradicar a los hackers?

Call of Duty: Warzone, título que presenta una cantidad considerable de tramposos, anunció recientemente a través de Infinity Ward (desarrollador del videojuego) medidas en contra de quienes alteren el desarrollo. Desde mayo de 2020, los jugadores de PC, plataforma donde se encuentra el mayor número de hackers, necesitan validar dos pasos antes del inicio de sesión. 

Esta acción tiene dos funciones. La primera es que protegerá nuestras cuentas enviando un SMS a nuestro teléfono móvil cuando alguien quiera iniciar sesión por nosotros. La segunda ahonda en el rastreo en caso de que seamos uno de los tramposos; se nos localizará e inhabilitará todos los dispositivos que utilicen nuestras cuentas.

Por su parte, Ubisoft (compañía creadora del juego Rainbow Six Siege), demandó a finales de 2019 a un grupo de hackers que vendían trucos para su título. La desarrolladora alegó que estos tramposos se lucraban de manera ilegal a costa del videojuego; a esto se le suma la cantidad de dinero que Ubisoft invirtió para contrarrestar estos efectos.

Los trucos también están presentes en los dispositivos móviles y uno de los títulos que los sufrió fue Pokémon Go. Niantic, desarrolladora del juego, demandó al grupo Global ++ acusado de fabricar y distribuir versiones no autorizadas de sus títulos y contribuir con trampas para ganar. "Dan una ventaja injusta a los jugadores y pone en riesgo las inversiones millonarias que Niantic", especificaba el documento.