ASTERIODE CON DIRECCIÓN AL PLANETA TIERRA
Investigación. Es probable que el 4 % de los objetos estén asociados a asteroides cercanos a la Tierra.CORTESÍA

Más objetos interestelares rondan la Tierra

El 16 % de los eventos podrían pertenecer a enjambres de meteoroides, que son restos de asteroides y cometas que producen lluvias de meteoros

Hasta ahora solo se han observado dos grandes cuerpos procedentes de fuera del sistema solar. Pero un estudio apunta que el 1 % de los objetos que impactan contra la Tierra podrían ser de origen interestelar, por lo que su presencia en nuestro vecindario cósmico sería más frecuente de lo que se creía.

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Una investigación de científicos españoles, publicada por The Astronomical Journal, ha analizado el origen, a través de su órbita y composición, de algunos de los cuerpos de un metro de diámetro que impactan contra nuestro planeta.

El trabajo lo ha liderado Eloy Peña Asensio, doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB, noreste de España) y el Instituto español de Ciencias del Espacio (IEEC-CSIC).

Podría ser que cuerpos similares sufriesen fragmentación en el medio interestelar o en su tránsito por sistemas planetarios a gran velocidad.

Josep Maria Trigo Rodríguez, astrofísico

La mayor proporción de pequeños asteroides que colisionan contra la Tierra, un 77 %, no son asociables a ningún cuerpo progenitor, “aquellos que llevan recorriendo el sistema solar durante decenas de miles de años y cuyas órbitas han perdido afinidad con los asteroides o cometas de los que proceden”, explica el astrofísico Josep Maria Trigo Rodríguez.

Pero a diferencia de lo que se pensaba, no todos son casos esporádicos, agregó el investigador del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña.

El equipo analizó la base de datos de bolas de fuego del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA-JPL, para inferir el origen dinámico de estos bólidos producidos por el impacto de proyectiles métricos contra nuestra atmósfera.

La base contaba con 887 eventos registrados desde 1988, pero solo 255 contenían datos suficientes (fecha, longitud, latitud, altura y vector de velocidad) para reconstruir su órbita. El grupo empleó sistemas de supercomputación para contemplar todas las posibilidades orbitales de esos objetos que anualmente llegan a la Tierra.

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Los datos señalaron que al menos el 16 % de los eventos podían pertenecer a enjambres de meteoroides, que son restos de asteroides y cometas que producen periódicamente lluvias de meteoros. Alrededor del 4 % probablemente estaban asociados a asteroides cercanos a la Tierra y otro tanto a cometas cercanos a nuestro planeta, algunos de ellos con múltiples asociaciones, según el estudio.

Hasta hace pocos años no se conocían grandes cuerpos llegados a nuestra vecindad desde el espacio interestelar. El primero en detectarse fue Oumuamua, en 2017, y posteriormente, en 2020 se localizó el cometa 2I/Borisov.

De acuerdo con el doctor Trigo, no se puede asegurar que ese 1 % de objetos de origen extrasolar que caen a la Tierra procedan de esos dos visitantes, “pero ciertamente podría ser que cuerpos similares sufriesen fragmentación en el medio interestelar o en su tránsito por sistemas planetarios a gran velocidad”.