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Paúl Cárdenas lideró el primer y único equipo de investigación en secuenciar un genoma completo del nuevo coronavirus en el país.usfq

Paúl Cárdenas: "A nivel de investigación científica, Ecuador recién está empezando"

Una falta de cooperación entre Gobierno y Academia se evidenció en la toma de decisiones durante la emergencia sanitaria por el coronavirus, lo explica este microbiólogo

Ecuador fue el tercer país de Latinoamérica en secuenciar el genoma completo de una cepa del SARS-CoV-2, mucho antes que territorios vecinos como Perú, Colombia, Argentina o Uruguay. Así cuenta, en entrevista para EXPRESO, Paúl Cárdenas, investigador que encabezó el equipo del Instituto de Microbiología de la Universidad San Francisco de Quito que en abril logró llevar a cabo este hito.

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Para Cárdenas, el hecho de que en el país se haya logrado secuenciar el genoma del nuevo coronavirus adquiere una gran relevancia y se convierte en “una herramienta fundamental" para obtener información más precisa que sirva en la toma de decisiones.

Según el microbiólogo, con las cepas secuenciadas hasta ahora, se ha logrado observar que existen diferentes variantes del COVID-19 circulando en el país

Hasta el momento, Cárdenas, junto a sus compañeros investigadores, han logrado realizar cuatro secuencias completas de las que tres son diferentes.

“Esto nos quiere decir que ha existido múltiples introducciones del virus a raíz del ingreso de personas ya infectadas en el país. También nos indica cómo este virus muta y cambia”, sostiene.

La primera cepa investigada fue tomada del paciente cero de Quito, un turista holandés de 57 años que fue internado en el Hospital Eugenio Espejo. En ese estudio se comprobó que la cepa del paciente vino directamente de China y comprende muy pocas mutaciones y variedades a la original del Wuhan.

De las otras cepas investigadas posteriormente, en cambio, se pudo observar que son originarias de Europa con similitudes a otras de Italia, Alemania o el Reino Unido. Además, el experto explica que actualmente su equipo se encuentra trabajando con cepas de otras ciudades del territorio nacional.

“Tenemos otras cuatro que están incompletas y que por esa razón aún no están subidas a las bases de datos, pero ahora estamos secuenciando varias cepas de una colaboración con Babahoyo, 50 de una colaboración en Loja y unas 30 o 40 más de varios hospitales Quito”, y añade que la razón por la que no han podido sacar más resultados se debe a la falta de reactivos.

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Un proceso lento y costoso en Ecuador

Para poder realizar la secuenciación de un genoma de COVID-19, según el investigador, lo primero es tener la muestra del paciente con el virus, luego se transforma su ARN que es “un poco inestable” en ADN para posteriormente amplificar el genoma y por último secuenciarlo.

“El trabajo dura entre dos o tres días en el laboratorio y unos tres días más en hacer el análisis bioinformático, es decir, armar este ‘rompecabezas’ que es el genoma. Por lo tanto, se tarda casi una semana en tener el genoma completo del virus”.

No obstante, el científico enfatiza en que lo que ha tomado más tiempo para proceder con esta técnica es la llegada de los reactivos a Ecuador. Y es que este proceso de laboratorio no es tan rápido ni económico teniendo en cuenta, sobretodo, que los reactivos tienen que ser importados.

“Un reactivo, si es que yo vivo en Estados unidos y lo compro, me cuesta unos 1.000 dólares y en dos o tres días ya está en el laboratorio. Aquí en Ecuador, el mismo reactivo incluyendo el envío nos costaría alrededor de 3.000 dólares y tardaría por lo menos uno o dos meses en llegar, sobretodo en estos momentos en que no hay tanta frecuencia de viajes y couriers”, explica.

Es debido a ello que este equipo de investigadores -el único que está realizando secuenciaciones del virus en el país- ha tenido que acudir a donaciones de otros países para continuar con su labor además de los fondos que les ha otorgado la Universidad San Francisco de Quito.

“Hemos recibido donaciones de universidades de Inglaterra, Suiza o Estados Unidos. Ellos compran y nos mandan los reactivos, porque igual, si nos enviara el dinero nosotros tardaríamos en conseguir que lleguen”, manifiesta.

Cárdenas confiesa que ese tipo de importaciones dificulta el desarrollo del trabajo para los científicos ecuatorianos por la demora y el costo elevado que supone.

“Se trata de un problema de investigación en países como el nuestro. Es difícil investigar en Ecuador por todos estos requerimientos burocráticos y costos extras que uno tiene que asumir para poder realizar los trabajos” puntualiza y añade que el problema en el país, en concreto, es que no existen suficientes datos.

“Todavía vemos que existen problemas, por ejemplo, para saber cuántos pacientes existen infectados o no, para saber cuántas muestras se procesan al día o en que muchos pacientes tienen que esperar una semana para conocer sus resultados. Lamentablemente, a nivel de investigación en el país, recién estamos empezando”.

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Desconexión entre Academia y Gobierno

A inicios de marzo, Cárdenas junto a la microbióloga e investigadora de la Universidad Tecnológica Equinoccial, Linda Guamán, se reunieron con Catalina Andramuño, por aquel entonces ministra de Salud, en busca de una cooperación entre la Academia y el Gobierno. En ese encuentro se acordaron dos cosas:

  1. Que los investigadores tengan acceso a las historias clínicas y muestras biológicas de los pacientes positivos para COVID-19 en coordinación directa con los hospitales.
  2. Capacitar a investigadores de universidades junto al Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública para ayudar a diagnosticar nuevos casos de coronavirus en el país.

A pesar de ello, según el microbiólogo, estos acuerdos no se hicieron efectivos ya que solo “fueron de palabra”.

“Necesitábamos algo por escrito o un reglamento de cómo hacer investigación bajo esta emergencia”, cuenta Cárdenas y agrega que con el cambio de la ministra y ya con Juan Carlos Zevallos al mando de del Ministerio de Salud, hace unas pocas semanas esa cartera de Estado sacó un reglamento y su equipo de investigación obtuvo los permisos para hacer investigación.

“Es bueno que ahora exista un reglamento para que más grupos de investigación puedan realizar trabajos científicos bajo esta crisis, pero a pesar de eso tengo que destacar que tardó muchísimo tiempo en regularse. Las cosas aquí han marchado de una manera bastante lenta”.

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Este tipo de demoras son preocupantes a criterio del experto y remarca que su equipo no pretende ni va a sacar un rédito económico ya que no han publicado la investigación.

“Lo que nos interesa es ayudar y pienso que muchas universidades están justamente preocupadas en que las cosas no se agilicen de una manera más exigente. Nosotros no hemos pedido fondos al Gobierno, sino a universidades extranjeras que ven la importancia de hacer investigaciones, pero ni siquiera en agilizar las cosas se cumple. La parte burocrática es complicada pero la colaborativa también”.

Para el científico ecuatoriano, en el país “no estamos acostumbrados a colaborar entre Gobierno y Academia”. No obstante, con la carta que el ministro Zevallos otorgó los permisos, el equipo de investigadores ha obtenido mayor facilidad y ha permitido que muchos hospitales los contacten para enviarles muestras.

“Aun así, hemos tenido problemas con la parte logística, por ejemplo para traer muestras desde Guayaquil a Quito. Lo idóneo sería tener varias cepas directamente de Guayaquil pero es complicado por el traslado a pesar de que los hospitales del puerto principal estén abiertos en darnos muestras”.

Lo que los ecuatorianos saben y desconocen del virus

Cárdenas sostiene que los ecuatorianos aún “sabemos muy poco del virus” y la mayoría de información que obtenemos es por lo que vemos de afuera. Destaca que es importante tener acceso a la información pero también “es importante generar la información”.

“Nosotros mismos tenemos que generar conocimiento. Quizás no tengamos todos los recursos pero tenemos personas que se han preparado, tenemos muy buena infraestructura, obviamente no la ideal pero pienso que eso es lo que ya tenemos y hay que verlo de manera positiva”, afirma.

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En relación a todo este tipo de problemáticas, el experto sugiere que se concrete el apoyo de todos los organismos reguladores para trabajar con las universidades en materia de investigación. También que las decisiones políticas sean basadas en herramientas o resultados técnicos. Por otro lado, piensa que la mejor medida, incluso para disminuir la probabilidad de que existan más variantes del virus, es aislarse, ya que si llegan a haber más variantes del virus, habrá más probabilidad de que alguna de esas variantes llegue a ser más agresiva.

En cuanto a la llegada de una vacuna, Cárdenas piensa que todavía tardará unos meses. Dice que ahora se está probando la seguridad de ellas pero aún hay que probar su efectividad.

“Las vacunas ya se están probando, incluso hemos tenido algunos contactos para hacer estudios en Ecuador a medida que surjan posibles remedios. Yo aspiro que para final de año o inicios del siguiente se tenga una cura", concluye.