Papeles multicolores, brillos y un poco de desorden es como la comunidad LGBTI guayaquileña se prepara para la llegada de su mes. Los trans, aunque demoraron en llegar, también se unieron a los preparativos y, entre bromas y recuerdo contaron todo lo que han pasado por ser más “visibles”.

Aunque no se te haya cruzado por la cabeza; sí, los trans suelen ser más notorios ante el ojo público, y es ahí donde surgen los problemas. Diane Rodríguez, activista LGBTI, hace una clara distinción entre las poblaciones LGBTI, ella indica que lesbianas y gais sí sufren discriminación —en especial en el ámbito laboral—, “pero no necesariamente en la misma intensidad que lo sufren los trans”.

Su afirmación ante una situación desfavorable para los transgénero y transexuales también se refleja en cifras. Según el número de denuncias receptadas en 2016 por diferentes organizaciones LGBTI en todo el país, 14 —lo que equivale al 40 % del total— fueron realizadas por miembros trans.

“Somos etiquetas ambulantes, todo el mundo se da cuenta que somos trans”, señala Rodríguez y hace especial referencia a las transfemeninas, ya que según sus palabras transicionar un cuerpo masculino a uno femenino es más complicado y notorio.

Según sus testimonios, el solo hecho de caminar por la calle representó un reto. Al inicio de su transición la mayoría señaló haber sufrido burlas e insultos, que las llevaron a pensar dos veces antes de animarse a enfrentar el escrutinio de sus vecinos. En cuanto a trabajar, las cosas se ponen más complicadas.

No se dice directamente. Ni en Ecuador ni en ningún país la discriminación está bien vista pero existe, y los trans lo saben de primera mano. Desde evitar su entrada a ciertos lugares hasta quedar descalificados o despedidos de un trabajo, son algunas vivencias que han experimentado.

Transgénero y Transexuales son dos términos no significan lo mismo y antes de hablar para Extra cada persona lo deja claro. ¿Qué las diferencia?, pues las o los transgénero optan por un rol diferente, es decir que se visten, actúan y asumen el género opuesto pero no se realizan ninguna modificación quirúrgica. Los transexuales en cambio, sí pan por este proceso de cambio: se inyectan hormonas e incluso pasan por el bisturí.

Una vez que estos dos términos están aclarados será más fácil comprender la realidad de quienes opta por un nuevo rol.