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Obesidad infantil: la contaminación, las ciudades muy pobladas y el tabaco influyen en este mal

"Las tasas de obesidad infantil están aumentando a niveles alarmantes en todo el mundo", advirtieron los científicos

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La ciencia da más respuestas en torno al origen de la obesidad en los niños.EFE

La obesidad infantil es un fenómeno que es cada vez más masivo, por lo que todo estudio al respecto contribuye a combatirlo. El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y la Universidad del Sur de California han liderado el primer gran estudio que relaciona una multitud de contaminantes y factores ambientales –77 exposiciones prenatales y 96 postnatales– con el riesgo, precisamente, de obesidad infantil.

Los resultados muestran el papel destacado que podrían tener la contaminación atmosférica, el tabaco y las características del entorno construido, como vivir en áreas densamente pobladas, en el desarrollo de esta patología.

Martine Vrijheid, primera autora del estudio, destaca que “las tasas de obesidad infantil están aumentando a niveles alarmantes en todo el mundo, y puede que durante el confinamiento por la COVID-19 se hayan incrementado todavía más”.

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EFECTOS EN LA COMUNIDAD

Hasta la fecha, varios estudios han abordado el efecto de los contaminantes ambientales, el estilo de vida y las características del entorno urbano en la obesidad infantil, pero se había estudiado cada exposición individual por separado. En este nuevo trabajo se ha tenido en cuenta el concepto de exposoma, lo que implica un cambio en la investigación de cómo los riesgos ambientales afectan a la salud.

En lugar de analizar por separado las consecuencias que cada exposición podría tener en nuestro organismo, se plantea el estudio conjunto de las diferentes exposiciones a las que una persona está sujeta desde la concepción hasta la muerte. Para ello, se han tenido en cuenta muchos elementos a los que estamos expuestos a través de la dieta, estilo de vida y el entorno en el que se vive.

La nueva investigación, que forma parte del Proyecto HELIX y se ha publicado en la revista Environmental Health Perspectives, partió de los datos de más de 1.300 niños y niñas de 6 a 11 años de cohortes de nacimiento de seis países europeos (España, Francia, Grecia, Lituania, Noruega y Reino Unido).

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Por un lado, se recogieron una serie de datos relacionados con el sobrepeso y la obesidad de los niños y niñas: índice de masa corporal (IMC), circunferencia de la cintura, grosor de los pliegues cutáneos y niveles de grasa corporal. También se realizaron análisis de sangre y de orina, tanto de los niños y las niñas, como de sus madres durante el embarazo.

Además, se estimaron un total de 77 exposiciones durante el embarazo y 96 exposiciones infantiles, incluyendo contaminantes del aire, las características del entorno construido, el acceso a espacios verdes, el tabaquismo y contaminantes químicos (contaminantes orgánicos persistentes, metales, ftalatos, fenoles y pesticidas).

Las conclusiones mostraron que la exposición al tabaco –al humo materno durante el embarazo y al pasivo durante la infancia­–, a la contaminación atmosférica (partículas PM2.5 y PM10, y dióxido de nitrógeno, NO2, tanto en el interior de las viviendas como en el exterior) y las características del entorno construido se asociaban con un índice de masa corporal mayor en la infancia. El estudio no halló que las diferencias en el nivel socioeconómico influyeran en las cifras.

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OBESIDAD Y CIUDADES POCO CAMINABLES

“Los niños y niñas que vivían en áreas densamente pobladas y que iban a escuelas en zonas que contaban con pocos servicios e instalaciones tenían más riesgo de sufrir obesidad”, explica Leda Chatzi, última autora e investigadora de la Universidad del Sur de California.

Esta relación entre obesidad y características del entorno “van en la línea de estudios anteriores y podría ser explicada por las pocas oportunidades que tienen los más pequeños de caminar y hacer actividad física en el exterior”, añade.

“Estos resultados fortalecen la evidencia existente y muestran que la modificación de las exposiciones ambientales a principios de la vida puede limitar el riesgo de obesidad y sus complicaciones asociadas”, destaca Martine Vrijheid. “Esto tiene importantes implicaciones para la salud pública, ya que ayuda a identificar las exposiciones relacionadas con esta enfermedad para su prevención e intervención temprana”, concluye sobre los resultados de este estudio sobre la obesidad infantil y sus causa.