Cada vez que María Emilia Moncayo (36) empaca su maleta de viaje y guarda su incondicional cámara antes de partir a una nueva aventura por la Costa, Sierra u Oriente del país, su corazón estalla de alegría. Desde el 2004 la quiteña inició su camino en la fotografía documental y equina, y desde entonces no ha dejado de inmortalizar a través del lente, cientos de imágenes del Ecuador. Desde la capital, la artista conversó con SEMANA para develar su recorrido por el mundo fotográfico, sus mayores anécdotas al escribir sus cinco libros y el motivo principal por el que nunca dejará de fotografiar.

Sus pininos

A los seis años María Emilia tomó su primera foto. “Como mi padre (Juan Marcelo Moncayo) es aficionado a la fotografía, siempre se ha preocupado por adquirir buenos equipos fotográficos para retratar lo bonito de la vida y la familia”, recuerda. La curiosidad por esta herramienta en casa la introdujo, poco a poco, en este mundo y las cámaras se convirtieron en los mejores y favoritos juguetes.

Su cercanía con los caballos desde la infancia, hizo que fueran los primeros animales que fotografiara. “A medida que fui creciendo comenzaron a llamar mi atención los libros de mesa que estaban en la casa de mi abuelito. Los veía y para mí era como transportarme a otro mundo”, dice con una amplia sonrisa.

Camino profesional

Estudio Marketing con una subespecialización en Fotografía. Sus primeros dos trabajos, luego de graduarse, fueron en empresas relacionadas a su profesión principal. Posteriormente, en el 2009 viajó a Nueva York, donde se especializó en fotografía documental en el International Center of Photography (ICP). También se capacitó en México con la icónica fotógrafa Mary Ellen Mark.

En los cinco libros de su autoría, la artista plasma sus imágenes y creatividad. En cada uno hay una historia y anécdotas que contar.

¿Qué significa la fotografía para María Emilia? Es su lenguaje para expresar lo que siente, porque cree firmemente que fotografiar es la mejor manera de vivir. La emociona saber que cada vez hay más mujeres que se dedican a esta rama artística y revela que durante el ejercicio de esta actividad nunca se ha sentido en inferiores condiciones por ser mujer ni ha sufrido discriminación.

Aunque reconoce que en el país todavía no se desarrolla por completo la apreciación del arte ni se valora el producto nacional, nunca dejará de realzar la belleza de los paisajes ecuatorianos. “Hay personas que viajan por el mundo, pero no conocen la selva o las montañas que tenemos. Recorrer Ecuador a profundidad es espectacular. Si algo tienen en común mis proyectos es que resaltan al país. Todas mis imágenes buscan dejar en alto nuestros espectaculares paisajes, tradiciones y culturas. Esa es la parte más gratificante de mi trabajo”, recalca.

Futuro

Durante su trayectoria, María Emilia ha creado una carrera que sobresale cada vez más a nivel nacional, pero desea internacionalizar aún más su trabajo para que las personas de todo el mundo conozcan la belleza de Ecuador. “Todos mis proyectos han aparecido de manera espontánea y sin buscarlos. Ahora deseo disfrutar del presente y ver lo que me depara la vida”.

Sus libros

• ‘Cuatro andares, Caballos de Crianza en Ecuador’ (2010): Para este trabajo viajó al páramo del Cotopaxi y dio a conocer las cuatro razas equinas que se crían en el Ecuador (caballos criollos, peruanos de paso, árabes y españoles).
• ‘Tierra de chagras’ (2013): Resalta la esencia de este personaje (campesino de los Andes ecuatorianos), la cotidianidad de esta cultura rural y sus tradiciones. Durante 10 días María Emilia cabalgó junto a los chagras, entre los páramos del Cotopaxi y el Antisana.
• ‘Senderos de toquilla’ (2017): Recorre algunos pueblos (como Aguas Frías) en los que a diario los artesanos trabajan desde cero con la paja toquilla.
• ‘Amanecer al galope’ (2018): Muestra a profundidad la historia de los caballos árabes del Ecuador.
• ‘Simplicidad’ (2020): En este libro de 150 fotografías, recoge más de 10 años de material artístico inédito. Devela paisajes (como mares, páramos y cascadas) de diversos puntos del país.

Su familia

El hogar que ha construido junto a su esposo (Fernando Mora) e hijos es su mayor tesoro y fortaleza. A sus pequeños les encanta que su mamá sea fotógrafa, y ella frecuentemente los involucra en sus aventuras. Hacer actividades al aire libre junto a sus niños se ha vuelto una tradición.Así aprovechan la belleza de la naturaleza y pasan tiempo de calidad en familia.

Personal

• Estudió Marketing con una subespecialización en Fotografía en la Universidad San Francisco de Quito.
• Se especializó en fotografía documental en el International Center of Photography (ICP) de Nueva York.
• Ha realizado producción de cine y televisión.