En Guayaquil, como en América Latina, la elegancia masculina ha sido protagonizada por una prenda icónica: la guayabera.

Su diseño distintivo, trabajado ya sea en lino o algodón, hizo que esta pieza gane espacio en los armarios y se convierta con el tiempo en una de las más emblemáticas.

Llevarla puesta es abrazar la cultura, la tradición artesanal y el legado estético de Latinoamérica. Y en ese anhelo de mantener vigente a este ítem (también conocido como guayabana o cubana) cada país le ha ido dando toques vanguardistas que no se distancian al diseño de sus primeros ejemplares.

La Perla del Pacífico, por ejemplo, es una de las ciudades del Ecuador donde muchos de sus habitantes la siguen vistiendo para diferentes ocasiones.

Eso se debe a su versatilidad. Puede combinarse con un jean para una salida informal, con un pantalón de gabardina para un evento casual y uno más formal para ocasiones elegantes.

Para no cometer errores al vestir, la regla general es que siempre se la lleve por fuera del pantalón a fin de que se destaquen detalles de su elaboración.

Sin duda, una prenda para todo hombre con buen gusto al vestir. 

Él, acompañando con estilo

El logo de la manzana que se aprecia en uno de sus bolsillos ha sido característico de las Camisas Él, una marca presente en el guardarropa de los guayaquileños desde 1973.

Nació bajo la visión del empresario Jorge Yunes, quien desde entonces se caracterizó por imponer vanguardia y elegancia en la moda para caballeros.

Desde básicos del armario como pantalones, camisas, bermudas, jeans, hasta accesorios y calzados son algunos de los ítems que confeccionan y se distribuyen a nivel nacional. Sin embargo, una prenda que más ha prevalecido en la marca ha sido la guayabera.

“Iniciamos con camisas, pero el público también pedía guayaberas. Así que traje de Panamá profesionales para capacitar en la elaboración. Con el tiempo hemos ido variando en diferentes gamas de tonos, estampados y bordados, ya sea en poliéster o lino”, explica sobre esta pieza versátil.

La acogida fue tal que durante el transcurso de los años pudieron exportar estas piezas a Estados Unidos, España y Alemania. Si bien, en esta nueva normalidad, aspiran a volver a enviar al exterior les enorgullece que, a nivel local, también se prefiera lo ‘Hecho en Ecuador’.

“Las prendas son confeccionadas con mano de obra ecuatoriana; la gran mayoría mujeres cabezas de hogar. Es gratificante ver cómo han hecho carrera aquí”, dice con orgullo.

Es así como a través de sus finos acabados, el trabajo de confección y la pasión por los detalles, esta pieza refleja la riqueza cultural no solo latina sino también la ecuatoriana.