El aumento de casos de adolescentes obesos y también de aquellos que padecen de diabetes e hipertensión, pone en alerta a la comunidad científica que descubrió que en ellos hay altas probabilidades de tener signos de envejecimiento prematuro de los vasos sanguíneos.

Un seguimiento de cinco años a 141 adolescentes con peso normal, 156 obesos y 151 con diabetes tipo 2 permitió medir ese riesgo. La edad promedio de los participantes fue de 17,6 años.

Allí concluyeron que estos últimos grupos eran más propensos a tener arterias carótidas más gruesas y rígidas.

Indicaron que es algo a lo que hay que prestar mucha atención porque eso conduce al desarrollo prematuro de la aterosclerosis, que puede llevar a sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Por eso piden estar atentos a la salud de los chicos y a su alimentación y no solo controlar sus niveles de glucosa y de presión arterial sino también su peso.

En 2016, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad.