Andrea Salgado (Sailor Coffee); María José Noboa (Biscotti Galletas); Ana Belén Guevara (Las Recetas de Anita Belén).
Andrea Salgado, fundadora de Sailor Coffee; María José Noboa, fundadora de Biscotti Galletas; y Ana Belén Guevara, fundadora de las Recetas de Anita Belén.Expreso

Emprender en tiempos de COVID-19: estas son las lecciones de tres fundadoras locales

Las propietarias de Biscotti Galletas, Las Recetas de Anita Belén y Sailor Coffee comparten con EXPRESO las enseñanzas que les deja la pandemia

Lissette Arellano y Andrea Chaves

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Emprender en medio de una crisis como la actual implica una serie de dificultades, pero también de aprendizajes; incluso, de oportunidades para reinventarse y generar comunidad. Eso lo saben bien las mujeres detrás de las reconocidas marcas locales Biscotti Galletas, Las Recetas de Anita Belén y Sailor Coffee, que participaron en el espacio Female Founders de la organización Girls in Tech, y que hoy comparten con Diario EXPRESO sus experiencias durante estos meses de pandemia, además de ofrecer consejos a quienes enfrentan desafíos con sus proyectos en el contexto de la emergencia nacional. ¡Escúchalas aquí!

MARÍA JOSÉ NOBOA, FUNDADORA DE BISCOTTI GALLETAS

María José Noboa, Biscotti Galletas Artesanales. Foto: cortesía de la propietaria.
Noboa, quien siguió la carrera de Administración Hotelera con Concentración en Alimentos y Bebidas, decidió emprender en 2012 y creó Biscotti Galletas Artesanales.Cortesía

María José Noboa fusionó su amor por la pastelería y el comercio electrónico para crear Biscotti Galletas Artesanales, que nació en 2012 con la idea de aprovechar lo que mejor sabe hacer "creando una experiencia desde el corazón”, en un momento en el que “nadie hubiera apostado por tener una tienda online de postres”. Así describe, a través de Instagram, el origen de un negocio que fundó hace ya ocho años y que suma 34.281 seguidores.

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Tras decidirse a compartir con otros las delicias que usualmente preparaba para su familia y amigos, arrancó su emprendimiento con un sitio web sencillo, en el que había un formulario para registrar datos y agendar pedidos. Fue incorporando, poco a poco, nuevos productos y servicios —tanto ampliando el menú con nuevas recetas como renovando las opciones de compra en línea— adaptándose de esta manera a las necesidades de los clientes. “No es algo que se hizo de la noche de la mañana”, dice Noboa, de 31 años, pero sí cuidando cada detalle desde la planificación inicial.

Y es que una de sus motivaciones es encontrar diversas formas para compartir la pasión “por los nuevos sabores en la cocina”, una que se reafirmó con la llegada de la pandemia, aún con los obstáculos que se presentaron: “Tuvimos que parar la producción en el taller. Estuve casi un mes sin trabajar”, cuenta la propietaria de Biscotti, quien se enfocó más en las plataformas digitales para mantener la conexión con su comunidad, logrando a la vez llegar a nuevos usuarios. 

Publicó varios recetarios digitales, en formato e-book, a partir del contenido que impartía en sus talleres presenciales. Los comenzó a vender en la tercera semana de marzo y, hasta el momento, “han tenido muchísima acogida”, comenta acerca de estos libros, que es posible adquirir en su página oficial. Además, compartió recetas en el blog a diario —desde el 15 de ese mes— que las personas hacían en casa, y luego subían fotos o historias del resultado.

“Fue una manera de seguir dándole movimiento a la marca durante este tiempo paralizado”, explica Noboa, pero también de mantenerse activa: en total creó cinco productos, que aún está desarrollando para luego comercializarlos.

Para María José, este periodo le deja a todos una gran enseñanza: la importancia de buscar alternativas y de adaptarse a la situación. Para ello, considera fundamental la recursividad y el trabajo en conjunto: “Es una oportunidad para crear cosas nuevas, para apoyar a lo nuestro, para buscar colaboraciones con negocios locales”.

ANA BELÉN GUEVARA, FUNDADORA DE LAS RECETAS DE ANITA BELÉN

Ana Belén Guevara, de las Recetas de Anita Belén. Foto: cortesía de la propietaria.
Guevara, quien estudió Comunicación Social con mención en Marketing y Publicidad, creó su marca en 2013. Cuatro años más tarde, decidió formarse como chef en la escuela gastronómica Le Cordon Bleu.Cortesía

Ana Belén Guevara cree que el corazón de un hogar se encuentra en su cocina. En 2013, el año en que nació su emprendimiento, ese espacio se había convertido en su lugar feliz, uno en el que se relajaba preparando dulces al volver a casa de un trabajo que ya no disfrutaba. Comenzó a difundir imágenes de estos en redes sociales y los seguidores aumentaron, así como sus ganas de hacer de esta su actividad principal. Ese fue el inicio de Homemade, que en 2017 se transformó en el blog Las Recetas de Anita Belén.

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“Decidí renunciar a mi trabajo, dedicarme a esto que me apasiona tanto, y vender dulces”, menciona. Su propósito fue crear recetas propias, que luego publicaba en Instagram, donde hoy acumula 94.759 seguidores: “Mi comunidad empezó a crecer muchísimo; me di cuenta que me apasionaba mucho más enseñar, que solamente vender”, sostiene Guevara, de 30 años, autora de un libro de recetas de pastelería titulado Sugarmamma.

Esa vocación la impulsó a no dejar las clases cuando inició la emergencia, sino a cambiar de formato: a falta de las sesiones presenciales, apostó por las virtuales desde los primeros días de la cuarentena. “Di clases en vivo todos los días, de lunes a lunes, a las 16:00. El día anterior publicaba cuáles eran los ingredientes que íbamos a necesitar”, explica la fundadora de Las Recetas de Anita Belén, a quien días antes de que se estableciera el confinamiento llamaron sus clientes para postergar contratos pactados.

Durante esas semanas, se concentró en ofrecer a sus seguidores diferentes actividades para realizar en casa, involucrando a otros profesionales nacionales e internacionales: además de las clases de cocina, las hubo de fotografía y marketing gastronómico. “Hemos hecho una comunidad”, destaca la chef, quien actualmente comparte sus recetas en Noticias De La Mañana de RTS, asegurando que esta crisis también se convirtió en una oportunidad para unirse en medio del distanciamiento.

“Esta experiencia ha reconfirmado el pensamiento que siempre he tenido y que repito muchísimo en mis redes: no tenemos que pensar en el otro como competencia”, enfatiza Ana Belén. “Me encanta invitar a otros pasteleros que vengan, que cocinen, que enseñen, porque esa es la forma de darnos a conocer entre todos y de crecer como mercado. Esa es como mi mayor certeza después de esta pandemia”, añade.

ANDREA SALGADO, FUNDADORA DE SAILOR COFFEE

Andrea Salgado, propietaria de Sailor Coffee. Fotos: Cortesía de Andrea Salgado.
Salgado, quien estudió Historia del Arte y Negocios, abrió por primera vez las puertas de su cafetería en 2016.Cortesía

Andrea Salgado abrió las puertas de Sailor Coffee por primera vez en 2016, pero la idea de llevar adelante su propio negocio surgió dos años antes, mientras estudiaba en Nueva York, EE.UU.: “Un verano empecé a trabajar en una cafetería y me encantó”. Fue esa experiencia, que describe como una de las más importantes de su vida, la que inspiró la creación de esta marca que hoy se inscribe en Guayaquil con dos locales: uno ubicado en la plaza comercial Las Terrazas, en la vía a Samborondón; el otro, en Vista San Eduardo, en Los Ceibos.

Se recomienda tomar café justo antes de dormir, ya que hasta los 20 minutos de sueño la cafeína no ha hecho el efecto activador.

El cafe perfecto

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La emprendedora, de 27 años, se involucró en cada fase de este proyecto, desde la parte de  construcción hasta la elaboración de la carta. “Quería que sea una empresa que tenga una personalidad propia, vida, valores”, afirma Salgado, y recuerda que su equipo inicial era de cuatro personas y que por dos años y medio laboró sin tomar días libres. “Poco a poco lo pude ir soltando, pude ir contratando más gente”, apunta.

Esto le permitió dedicarse a realizar cambios en términos de la marca —una de las favoritas a nivel local en Instagram, con 27.543 seguidores— a la que define como moderna, social y ambientalmente responsable, un conjunto de valores que se fortaleció ante los desafíos que llegaron con la crisis, como lo fue la clausura del establecimiento y la falta de ingresos que siguió a esa medida. Todo esto, mientras se encontraba en EE.UU., donde reside, sin poder retornar desde marzo hasta junio, debido a las restricciones implementadas a nivel mundial.

“Empecé a buscar maneras para reinventarnos, para empezar a vender de otra manera. Había construido una página web en agosto de 2019 y esa fue la salvación de mi local”, destaca Andrea, quien se concentró en adaptar y desarrollar productos y servicios para ofrecer a través de esa plataforma, con el fin de ayudar a sus clientes a “sobrellevar esta cuarentena de una manera más fácil, mientras también generamos ingresos para poder mantener a nuestro staff y continuar pagando sueldos y todos nuestros costos fijos”.

Una de las primeras opciones fue incorporar giftcards, que los usuarios todavía pueden adquirir en el sitio web para usarlos en compras futuras y recibir descuentos. Otra de las acciones fue vender congelados, armar un menú a domicilio y kits de alimentos, cuando “el problema más grande era que en Guayaquil no se podía ir al supermercado y que había esta fila gigantesca”, apunta Salgado, y señala que por la compra de cada diez cajas, una se dona a una fundación.

La siguiente apuesta fue ofrecer talleres en línea. Es así que presentó una clase de tres días sobre cómo crear una marca exitosa, en la que se abordó, entre otras cosas, conceptos de comunicación, fotografía y edición. “Me fue súper bien y a raíz de eso lancé un siguiente curso”, comenta Salgado, quien considera que compartir el conocimiento es una forma de aportar, no solo a la comunidad de restaurantes y cafeterías, sino a la sociedad en general a salir adelante.