Este 13 de febrero —un día antes de San Valentín— se conmemora el Día Internacional del Condón, una fecha instaurada en 2012 por la organización estadounidense Aids Healthcare Foundation con el fin de promover su uso y así reducir la propagación de enfermedades de transmisión sexual como el VIH. 

El condón más popular y accesible suele ser el masculino —aunque su uso no está necesariamente controlado por hombres como expone este estudio— pero no es la única opción cuando de preservativos se trata. El interno, también llamado femenino, es otra opción para mantener relaciones sexuales seguras.

• ¿Cómo funciona?

Este preservativo, que luce como una bolsa holgada, tiene un anillo en cada extremo. "Uno de los anillos se inserta en la vagina para mantener el preservativo en su lugar. El anillo en el extremo abierto del preservativo femenino queda afuera de la vagina. El anillo externo mantiene el preservativo en su lugar y sirve para retirarlo", expone Mayo Clinic.

• ¿En qué se diferencian?

Una de las diferencias entre los dos tipos de condones es que el femenino no requiere una erección para su uso, a diferencia del masculino. Y, como apunta Clue en este artículo, "algunas personas encuentran que después de un juego previo suficiente, detenerse para abrir, encontrar o poner un condón en el pene puede interrumpir las erecciones y matar el estado de ánimo".

"Los condones femeninos pueden eludir esto, ya que se pueden insertar hasta ocho horas antes del sexo. Hacer que tu pareja te vea insertar un condón interno también podría ser un buen comienzo para los juegos previos", agrega.

Otros de los beneficios del condón interno —además de evitar embarazos no deseados y proteger de enfermedades de transmisión sexual— es que son hipoalergénicos, por lo que podrían resultar idóneos para personas con sensibilidad al látex.