La historia de José Joaquín, un gatito mestizo que se arrastraba porque no podía caminar, conmovió tanto a Pablo Kuonyeng, que decidió adoptarlo. Casi cuatro años después, el felino de pelaje amarillo, ojos verdes, de carácter tranquilo y sociable es otro. Aunque quedó con secuelas para movilizarse, corre, salta, hace la vida como cualquier gato y todo gracias a un comentario que le salvó la vida.

Lucía Páez, novia en ese entonces de Pablo, le mostró la publicación que subió la Fundación Rescate animal en su cuenta de Twitter, donde solicitaba ayuda económica para aquel pequeño gatito, de tres meses, que habían rescatado en pésimas condiciones a la altura de una urbanización en la vía a la costa.

El empresario de ascendencia china, no solo donó algo de dinero, sino que además quiso llevarse el gato a su hogar. "Quiero adoptarlo una vez que se recupere", fue su compromiso. José Joaquín había sido llevado a una veterinaria por los rescatistas para que determinaran su estado de salud. El diagnóstico no fue nada alentador, tenía aplastada la cadera, además de una hernia diafragmática que le provocaba problemas para respirar y el nulo funcionamiento de sus piernas. El daño al parecer era producto de algún golpe que recibió ya sea por una patada o atropello.

"Les escribí por Twitter diciéndoles que estaba interesado en adoptarlo, nos enviaron el formulario de adopción y lo llenamos, pero me advirtieron que iba a tener problemas de salud, aun así me comprometí a cuidarlo y llevarlo a terapias, afortunadamente lo operaron y se recuperó rápido, pero todavía seguía arrastrándose porque tenía dañada la médula", relató Pablo, de 30 años.

Una vez en su nuevo hogar, el gatito recibió todas las atenciones. Fue a varias sesiones con un fisioterapeuta, además de ser intervenido una vez más para arreglar un problema en su cadera. Aunque todo salió bien y el felino es tan activo como cualquier otro, incluso, aun esterilizado le gusta escaparse por el techo, quedó con pequeñas secuelas al caminar.

Otro cambio en la vida del gato fue el de su nombre. Ya no se llamaría José Joaquín, como inicialmente le pusieron los rescatistas, sino Arthas, personaje que aparece en la serie de videojuegos Warcraft y de la cual su dueño es fanático.

"Me casé y Arthas se quedó viviendo en la casa de mis padres en el centro de Guayaquil, donde tiene todo el espacio para él, además de un patio grande. La casa que habito actualmente es un departamento pequeño, pero todos los días lo veo, porque trabajo con mi papá", indicó Kuonyeng, quien es padre de una bebé de meses de nacida.

Su gusto por los animales viene desde que era un niño. "Llegué a tener 13 perros, ya han pasado veinte años de eso y todos murieron de viejos. Voy a esperar a que mi hija cumpla dos años y adoptar un perro para ella, quiero que desde pequeña sepa lo que es querer a una mascota y la responsabilidad de tenerla y cuidarla", sostuvo el empresario quien abrió una cuenta en instagram (@josejoaquinarthas) para que su gato pueda interactuar con sus seguidores.