En la Escuela Antonio José de Sucre, de la parroquia Tarifa, van tomando forma las aulas que el Rotary Club de Samborondón prevé culminar este año y que beneficiará a los estudiantes que residen en el recinto San Antonio. Allí darán vida a la creación de las aulas tecnológicas, como parte de las actividades programadas para el 2021.

Los rotarios no han descansado desde que se creó el grupo, hace 14 años, y confiesan que pese a las dificultades, la pandemia les permitió dar fuerza a varios de sus programas, entre ellos el educativo.

Laura Pinzón, quien lidera el Club, cuenta que ha sido un trabajo lleno de desafíos, en el que se han involucrado todos los socios, con el apoyo de los Jóvenes Rotaract y con la colaboración de personas y empresas privadas solidarias.

Una de las actividades llegó a los recintos Sabanilla y Barranca, donde se entregaron dos aulas de computación, para apoyar a 20 niños de cada recinto. Con el apoyo de auspiciantes, dotaron al lugar de escritorios, sillas y computadoras, techos, pintura e instalación de cerámica en el piso, además de aire acondicionado.

Las tareas son parte de un proyecto que comenzó en la presidencia de Sandra Vargas, en 2018. El objetivo era que los niños se familiarizaran con las computadoras y con los programas básicos para dar un impulso a la educación, para cuando ellos fueran al colegio y a la universidad. Esa iniciativa continuó en el periodo de Juan Carlos Rodríguez y ahora con Laura Pinzón, quien espera que una vez que los estudiantes puedan retomar sus actividades presenciales, acudan hasta estas aulas, que contarán con internet, luego de un pedido que realizó el Club al Municipio de Samborondón.

La atención médica también fue prioridad en estos sectores, cuentan sus miembros.

En el recinto Barranca La Puntilla, con el apoyo de los médicos socios del Club, se realizaron jornadas de vacunación para los niños. También se hizo control de peso, de talla e Índice de Masa Corporal (IMC) y se entregaron medicamentos.

Los rotarios del Club buscan también ir un poco más. En la cooperativa Derecho de los Pobres, en el cantón Durán, apoyaron la creación de un mural enfocado en la prevención del alcohol y las drogas, con la guía del organismo internacional Cadca (Coaliciones Comunitarias Antidrogas de América). Parte de su labor fue además la entrega de alimentos y elementos de bioseguridad a hospitales, además de alimentos a familias de escasos recursos.

Dicen que no pararán, por eso acuden a todas esas zonas siguiendo todas las medidas de bioseguridad.