Refuerzos. Trabajadores ponían ayer más alambre a la cerca perimetral del aeropuerto.

La vulnerabilidad o no del aeropuerto, a debate

Extensión. Los terrenos del aeropuerto de Guayaquil abarcan 200 hectáreas y su única pista tiene una longitud de 2.800 metros por un ancho de 45 metros.

Salvo los comentarios y conversaciones en torno al hallazgo de dos cadáveres el día anterior en la pista del aeropuerto José Joaquín de Olmedo, las actividades fueron normales el martes 27 de febrero en esta terminal que aún no sale del asombro por el inédito suceso.

Ni la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil ni la empresa concesionaria que administra y opera el aeropuerto (Tagsa) dieron algún pronunciamiento respecto de los polizones que murieron la mañana del lunes al intentar viajar a Nueva York dentro del tren de aterrizaje de un Boeing 767-300.

En la terminal los trámites y embarques de pasajeros fluyeron sin contratiempos, mientras que en el sector de la pista un hombre montado en un tractor podaba la maleza crecida junto a esta. En la mañana, se pudo apreciar a personal de operaciones realizando tareas aparentemente de rutina en algunos puntos del campo de aviación, entre ellos la cabecera sur, donde fueron hallados los cadáveres que, hoy se sabe, pertenecen a dos adolescentes de la provincia del Cañar.

En la zona de la cabecera norte estuvo parqueada una aeronave de Latam, la aerolínea a la que pertenece la nave involucrada en el incidente, aunque no se ha determinado si se trata de ella. Lo que llama la atención es que solo un muro de hormigón de 2,80 metros de alto separa a ese sector del aeropuerto de la vía pública, en este caso una calle (av. de Alarcón) que sirve de atajo y enlace entre la avenida de las Américas y la Benjamín Rosales.

A la altura de la Benjamín Rosales, una cerca metálica de 4 metros de altura, coronada con líneas de alambre de púas, disuade de alguna manera a quien intente traspasarla para ingresar al aeródromo. Pero al avanzar por allí hacia el sur, donde comienza la av. Pedro Menéndez Gilbert, la misma cerca se vuelve vulnerable, ya que hay tramos de apenas 2 m de altura, forrados de vegetación y menos alambres de púas. Desde el paradero de la metrovía denominado Base Naval, hasta unos 300 m hacia el sur, esa cerca no representa mayor obstáculo para quien con algo de arrojo quiera entrar a esa área sumamente restringida.

La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) anunció que conformó un grupo de inspectores que este jueves y viernes harán investigaciones de campo y documentales sobre las normas de seguridad aplicadas por Tagsa “y determinar las posibles faltas que pudieran haber existido en el aeropuerto y con la compañía aérea”.

Las responsabilidades se determinarán según lo que establece el procedimiento para investigaciones en Seguridad de la Aviación y el Programa Nacional de Seguridad de la Aviación Civil. Además la DGAC solicitará al concesionario los vídeos, listas del personal que cumplía horarios y frecuencia de patrullas, entre otros datos.

Aún no revisan lo que grabaron las cámaras

Hasta ayer, las cámaras de vigilancia del aeropuerto de Guayaquil se encontraban custodiadas para evitar cualquier tipo de alteración.

Los vídeos se mantendrán resguardados hasta cuando se autorice su análisis, que permitiría hallar indicios sobre si hubo o no complicidad de algún funcionario aeroportuario, o para determinar cómo los adolescentes burlaron la seguridad de la terminal aérea.

“Se observarán todos los vídeos desde que llegó el avión al aeropuerto”, dijo ayer Marcelo Tobar, jefe de la Policía de la Zona 8.

El general mencionó que la Policía y la Fiscalía indagan más detalles sobre el suceso. Hasta el momento no hay personas detenidas por este caso.

“Ya hemos identificado a los muchachos. Ojalá los familiares nos dieran datos para ver quién les contactó para hacer esta actividad y eventualmente tener una pista”, precisó.

Mientras tanto, en el aeropuerto continúan las investigaciones para conocer si alguien pudo haber animado a los adolescentes a viajar. La posibilidad de complicidad por parte de un trabajador de la terminal aérea no ha sido descartada. “Criminalística inspeccionó todo el lugar, se levantaron doce indicios dactiloscópicos. Uno de ellos es positivo”.

Las autoridades también investigan quiénes habrían sido sus contactos en Estados Unidos.