Desde que llegaron las primeras dosis de vacunas de Pfizer al país, en enero de este año, el Gobierno de Lenín Moreno solo ha podido aplicar un poco más de un millón de vacunas. Sin embargo, un grupo de especialistas ha presentado al equipo de Guillermo Lasso una propuesta para inmunizar a toda la población en un máximo de dos meses. Una meta mucho más ambiciosa que los nueve millones de ecuatorianos vacunados en 100 días, como anunció Lasso en campaña.

¿Cómo lograr esta vacunación masiva? El arquitecto Héctor Hugo, profesor de la facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil y parte del equipo que pulió la propuesta, explica que es posible hacerlo con la ayuda de la logística y base de datos electoral. “Es algo muy sencillo. Si somos capaces de mover a 10 millones de personas para una votación, ¿por qué no hacemos lo mismo con las personas para vacunarse?”.

“El lugar de votación ya está en la memoria colectiva de la gente. Solo tendríamos que enviarles el día y la hora de acuerdo con el último dígito de la cédula y puede funcionar de la misma manera. En lugar de una junta receptora del voto habrá un punto de vacunación”, detalla.

Tras plantearse la idea, en noviembre de 2020, Hugo contactó a Carlos Bort, analista de datos, y a Christian Antón, experto en modelado computacional de la Universidad de Guayaquil, quienes con los datos del INEC iniciaron meses después una proyección de cuánto tiempo tomaría vacunar a 17,8 millones de ecuatorianos, distribuidos en varios sectores (ver gráfico).

Luego se sumaron al equipo el doctor Washington Alemán y el exministro de Salud Francisco Andino, quienes ajustaron el tiempo que tomaría a cada persona vacunarse: 7,5 minutos en la etapa de prevacuna, 5 minutos en la inoculación y otros 2,5 minutos de posvacuna.

“Los 1,4 millones de adultos mayores, por ejemplo, pueden vacunarse en un fin de semana en jornadas de diez horas al día”, sostiene Hugo.

Para todo el proceso es necesario el apoyo de la empresa privada, de los gobiernos locales, el Ministerio de Educación y las universidades, que pondrían la logística, los lugares de vacunación, los insumos y el personal. Todo bajo el liderazgo de la cartera de Salud.

“El CNE ya debe tener un convenio con el Registro Civil, porque de ahí se debe nutrir para enviarnos la información. Ahora debe incluirse a la población que no está en el padrón, como los extranjeros”, agrega.

Washington Alemán dice que, en primera instancia, el modelo masivo está planteado para que se ejecute entre 30 y 40 días, pero que él cree que, para evitar las aglomeraciones, las jornadas pueden alargarse hasta sesenta días. “Lo indispensable, sin embargo, es tener todas las vacunas que se necesitan. Sin ellas no se puede actuar tan rápido”.

El infectólogo se reunió este lunes con Carlos Cueva, del grupo Difare, quien fue designado por Guillermo Lasso para liderar el nuevo plan de vacunación, y este le dijo que le había parecido muy interesante.

Un día después de esa conversación, el presidente electo ya manifestaba en una entrevista su predisposición para implementar la propuesta. “Agradezco a la presidenta del CNE, Diana Atamaint, por poner a disposición la institución y su compromiso con colaborar al proceso de vacunación. Trabajaremos en conjunto para vacunar a la ciudadanía”, escribió ayer en su cuenta de Twitter en respuesta a Atamaint, quien ponía a su disposición el padrón electoral, la información de recintos electorales y el aplicativo móvil para el proceso.

Alemán dice que el plan de vacunación solamente podrá ser eficaz y eficiente si es rápido e incluye a la mayor cantidad de la población. “Mientras más nos demoramos, hay más riesgo de que el virus mute y que las vacunas pierdan su eficacia”.

EN DETALLE

Papeletas. Los especialistas señalan que incluso se plantea que el Instituto Geográfico Militar pueda imprimir los certificados de vacunación, con el nombre, el tipo de vacuna y la fecha de la segunda dosis. También que los militares sean los que distribuyan las dosis, como lo hacen con las papeletas.

Secretaría. El doctor Alemán señala que el nuevo gobierno debe crear una secretaría técnica adjunta a la Presidencia para que maneje la vacunación y la lucha contra la pandemia. “Porque si no, el Ministerio de Salud se va a gastar todo el presupuesto en la pandemia y dejará abandonadas otras enfermedades”.

Software. Según Héctor Hugo, el sistema que maneja el Ministerio de Salud es “tranquilamente adaptable” al sistema de recintos electorales. Los colegios y universidades podrían poner las computadoras para el registro, como se hace actualmente en puntos como la Espol. Las alcaldías pueden intervenir en sitios como el parque Samanes.