El 2022 culmina con un nuevo embate al turismo. La ola de violencia que a su vez empujó la declaratoria de un nuevo estado de excepción alertó a los gremios del sector que, como publicó EXPRESO en ediciones pasadas, prevén un impacto negativo de, al menos, $ 60 millones. Un golpe que estanca la ya diversa realidad económica del sector.

“¡Bendito Dios, cómo negarlo! Estamos con salud y reactivándonos poco a poco”, dijo a este Diario Narcisa Landy, una de las 10 mil artesanas que participa de las 15 ferias expositivas en el centro de Cuenca. Además, sus compañeros sostienen que los feriados de Semana Santa y del Nueve de Octubre fueron claves.

“Las ventas (en esos dos feriados) hasta se triplicaron en comparación con el 2021”, cuenta Celina Sánchez, otra de las artesanas de la feria. Según la Fundación Municipal de Turismo de Cuenca, el feriado del Nueve de Octubre generó más de $ 9 millones para la ciudad.

Una realidad un tanto distinta para los pequeños comercios de Guayaquil. Doris Cuesta, dueña de un local de abastos en la Alborada, al norte de la urbe, señala que la inseguridad le ha perjudicado y que “aún no termino de levantar cabeza”. Según indica, ha podido aumentar sus ingresos, pero aún no logra equipararse al 2019. “Me alcanza para pagar ciertas deudas, pero aún quedo con lo justo para comer y comprar una que otra cosa”, señala y dice que espera que la época navideña y de fin de año le ayude.

Una realidad similar en Playas donde Segundo Suárez, dueño de uno de los locales de comida en la orilla de la playa, agita su cartilla sin que esto llene su restaurante de turistas. “Ya es mediodía y solo he vendido un arroz con camarón, hasta rebajo los precios”, dice.

Otro de los dueños de uno de los 50 locales del sector, Paúl Mite, señala que su economía aún no alcanza los niveles de 2019. “Al inicio del 2022 hubo un repunte, pero desde abril empezó a bajar y aún se mantiene así”, señala y cuenta que algunos de sus compañeros han tenido que despedir gente.

Un panorama distinto vive Aleksey López, un artesano que labora en la playa El Murciélago, en Manta. “Durante este tiempo, casi terminando el 2022, mi negocio va mejorando día a día. Pero para la normalización aún falta un poco”, dice y atribuye la recuperación de su economía a que “tuvimos la afluencia de personas que no habían vuelto al país desde antes de la pandemia”.

Sin embargo, todos coinciden en que la paralización de junio de 2022 y la creciente ola de inseguridad en el país ha sido la principal cortapisa para sus economías. “Esperamos terminar bien (el año), pero nos preocupa la delincuencia desenfrenada con las consecuencias nefastas que provoca al turismo, además, del anuncio de nuevas paralizaciones”, dice López con esperanza.

Realidades que para el presidente de la Federación de Cámaras Provinciales del Turismo, Holbach Muñetón, bosquejan “los escenarios complicados” que ha vivido el sector turístico en el 2022. “Lo evalúo como positivo”, continúa.

Sin embargo, también indica que cifras del Banco Central y del Ministerio de Turismo aún proyectan la recuperación total del sector turístico para 2024 “siempre y cuando no hayan más movilizaciones”. También indica que octubre tuvo mejor dinamismo, pero que el estado de excepción lo estancó.