Muestra. Durante la apertura, jóvenes de todas las edades aprovecharon para pedirle al maestro su autógrafo.

Tabara, una leyenda que vuelve al ruedo

Aún faltaban cerca de quince minutos para la inauguración, pero la sala del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo, donde la ‘Colección Latinoamérica’ abría sus puertas, estaba llena.

Aún faltaban cerca de quince minutos para la inauguración, pero la sala del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo, donde la ‘Colección Latinoamérica’ abría sus puertas, estaba llena.

Cerca de un centenar de visitantes recorrían el sitio y se detenían a mirar las obras, que datan desde fines de los sesenta y que son la esencia del emblemático trabajo de uno de los pintores más prolíficos del Ecuador; Enrique Tábara.

El maestro, quien cuenta con 86 años, llegó al lugar a las 19:00 del pasado miércoles.

Su arribo fue celebrado con aplausos y con la aglomeración de estudiantes y aficionados, quienes lo recibieron como a estrella de rock, incluso solicitando su autógrafo en los catálogos de la exhibición.

Para Saidel Brito, docente de la Universidad de las Artes, esto se debe a que la labor pictórica del artista es aún relevante al panorama cultural nacional.

“Es raro que un pintor de esa época sea un referente para los artistas jóvenes, pero eso se debe a que la obra de Tábara representa tres palabras importantes; investigación, prolijidad y legado”, señaló.

Brito fue uno de los artistas invitados a hablar durante la ceremonia de apertura de la muestra. Esta también contó con intervenciones del director de Cultura de Guayaquil Esteban Delgado, así como de Ramiro Noriega, rector de la Universidad de las Artes, entidad que, además, otorgó un reconocimiento al pintor.

Tábara agradeció el gesto e indicó que la ‘Colección Latinoamérica’ exhibe lienzos nunca antes vistos y reúne trabajos elaborados a lo largo de cuarenta años, en los que se reflejan sus distintas etapas.

“Esta ha sido una siembra productiva. Continuaré pintando mientras pueda hacerlo”.

Con respecto a la muestra, indicó que esta es un homenaje al continente, al que llamó ‘la patria grande’, e indicó que pese a la variedad de lo que se expone, lo que prima en ella es la técnica, pero también la seriedad y la creación.

“Estoy en contra de una pintura sensual y frívola. Los artistas tenemos la obligación de educar la retina del espectador. Tenemos que elegir entre lo material y lo espiritual. En el arte no se llevan bien lo uno con lo otro”, dijo.

Las piezas que se exhiben en la sala son, sobre todo, dibujos. Los materiales varían. Entre ellos hay cartulina y cartón, témpera, óleo, pastel y tinta.

Entre los lienzos se encuentran sus primeros bocetos de temáticas vitales en su obra, entre ellas los ‘patapata’.