"Hoy me llamó Pipo, de Los Choneros, a pedirme $ 10 mil para no matarme". Esta es una parte del tuit que publicó Diego, un ciudadano que denunció haber recibido una llamada para extorsionarlo, el 12 de noviembre pasado.

Este tipo de llamadas se hicieron más comunes desde el 2020, año de pandemia, con mayor incidencia en el año anterior que estuvo marcado por una suerte de guerra entre bandas que se vivía en varios centros penitenciarios del país, sobre todo en Guayaquil.

Kléber, otro ciudadano que difundió su caso en redes sociales, dijo que también lo amenazaron "Los Choneros", el 22 de marzo anterior.

Las llamadas hacen referencia a una organización identificada por la Policía como responsable de actividades narcodelictivas, cuyos líderes están recluidos en pabellones de la Cárcel Regional Guayas.

Ante esta ola de llamadas extorsivas, la cuenta de Facebook, JF Music Entertainment, en la que se asegura la administran los "portavoces oficiales de la organización Choneros", ha desmentido que dicha "ONG" tenga relación con los intentos de extorsión.

"Ni Adolfo Macías (Fito), ni Junior Roldán (Jr) manejan redes sociales, no se dejen engañar con ofertas de inversiones ni trabajos, peor con extorsiones. Sigan denunciando a la página y ayúdenos a reportar las páginas que existan en Facebook. Somos el único medio de comunicación", se lee en un posteo del 20 de febrero anterior.

A la par, la página JF Music asegura haber creado un equipo informático para investigar el origen de las supuestas estafas y la identidad de quienes estarían detrás de esas acciones.

"Implementamos un equipo informático para ayudar a las autoridades a dar con los paraderos de las llamadas extorsivas, cuentas que usan para depósitos, ubicaciones y fotos de las personas implicadas en las extorsiones telefónicas. Es cuestión de días para dar con resultados positivos", se detalla en la fanpage.

El fiscal César Peña, de la unidad multicompetente del Guayas, informó que ese tipo de llamadas se ha vuelto recurrente en las áreas de recepción de denuncias del Ministerio Público.

"Tras la denuncia se hace la investigación, se hacen triangulaciones de llamadas (para identificar la ubicación aproximada del dispositivo). Se ha logrado determinar que una gran parte de las llamadas se hacen desde las principales cárceles del país: Cárcel Regional, Penitenciaría, la cárcel de Turi y Cotopaxi", indicó Peña.

El operador de justicia explicó que los delincuentes identifican la información personal de ciudadanos para luego llamarlos y pedirles sumas de dinero a cambio de no hacerles daño. Los montos oscilan entre los $ 50 y $ 3 mil.

Este es un problema del que no se tiene un dato preciso de llamadas realizadas, ya que no todas las víctimas denuncian o reportan al Sistema Integrado de Seguridad ECU-911. 

Cuando las víctimas reportan a esa entidad, los operadores que receptan la emergencia envían un informe a la Unidad Anti Secuestros y Extorsión (UNASE).

El capitán Juan David Ávila, jefe del Departamento de Análisis de la Información de la UNASE, explicó que con esos reportes se comunican con las personas afectadas para pedirles más información e investigar los casos. Por otro lado, técnicos de esa unidad les brindan consejos para blindarlos ante nuevas llamadas de los desconocidos.

"Las personas deben procurar no entregar información personal y financiera, fotografías privadas. No se deben contestar números desconocidos. Y si recibimos llamadas de carácter extorsivo, se debe mantener la calma y grabar la llamada o hacer capturas de los mensajes que nos pueda servir para la investigación", indicó Ávila, quien agregó que a diario realizan hasta diez contactos con víctimas.

El oficial comentó que no han recibido alguna información relacionada con la investigación paralela que se asegura hace la supuesta organización afín a Los Choneros.