Víctor González VOX
El diputado de VOX por Salamanca, Víctor González, en una intervención en el Pleno del Legislativo español.Cortesía

“El retorno del correísmo al poder sería devastador para Ecuador”

ENTREVISTA: Víctor González, diputado y vicepresidente del movimiento político español de derecha VOX

VOX, que se autodefine como un movimiento político más que como un partido político, es una gran incógnita para los ecuatorianos. Tildado por la izquierda española e hispanoamericana como un partido de extrema derecha, EXPRESO se interesó por descubrir de primera mano qué es verdaderamente VOX. En un salón del Congreso de los Diputados en Madrid nos recibió Víctor González, diputado y vicepresidente de la formación.

¿Cómo nace VOX?

Vox nace como consecuencia de una deriva de la política española, que cada vez más se separa del sentir de la población; sobre todo porque la corrección política hace que un partido en específico, cuando llega al poder, incumpla las promesas electorales que llevaba en su programa en beneficio de una aceptación de la agenda que marcaba la izquierda, traicionando así a la parte importante de sus votantes conservadores. Es así como comenzamos esta formación política, pensando sobre todo en darle voz a una amplia mayoría de españoles que no se sentían representados en ningún partido político y, por lo menos en mi caso, pensando más en la siguiente generación más que nosotros mismos, para que ellos recojan los frutos del trabajo que comenzamos nosotros. Yo no considero a VOX un partido político, lo considero un movimiento político, social y patriótico si quieres, familiar, que defiende las cosas que defienden la gran mayoría de españoles cuando hablan, en la mesa con sus amigos, en reuniones familiares, cuando hablan del día a día de las cosas que les preocupan, de sus inquietudes económicas, y lo que hacemos es darles voz, fuera de la demagogia política. No estamos tan enfocados en rascar votos con promesas, sino en representar unas virtudes que hacen a las sociedades mejores.

¿Qué defiende específicamente VOX, principalmente?

Nosotros ponemos a la persona en el centro de todo lo que hacemos. Creemos que cada persona es única e irrepetible. Que existe un derecho natural del que se debe derribar el derecho jurídico, que el concepto de familia es anterior al del Estado. Quizás la izquierda se enfoca siempre en los derechos, pero nosotros también hablamos de obligaciones ante el Estado. Creemos que no hay que tener miedo, siempre con respeto, en defender lo que uno cree. Creemos que el Estado no debe de ser una máquina extractora de recursos del sector privado y de los ciudadanos, y que se debe de incentivar un entorno amigable para la iniciativa emprendedora. En resumen, lo que más nos preocupa es crear bienestar para todos.

VOX tiene un discurso fuerte contra la inmigración

Contra la inmigración ilegal; si es que su propio nombre lo dice: ilegal. España ha sido un país de inmigrantes, y debemos de estar agradecidos con todos aquellos países donde nos han acogido. Yo soy del año 1975, soy miembro de la última generación del ‘baby boom’ español. 2022 es el primer año en el que la pirámide generacional se ha invertido en España, mueren más personas de las que nacen. Nosotros creemos en la inmigración, en una inmigración ordenada, una inmigración que se integre dentro de la sociedad. Pongo como ejemplo ir a la casa de alguien, pues cuando visitas la casa de otra persona sigues sus reglas, no impones las tuyas. Cuando vas a vivir a otro país pues lo mismo. Francia, entre otros países, no han hecho respetar la integración y estamos viendo los grandes problemas que tienen. Nosotros creemos en una inmigración europea que tiene de base la misma cultura cristiana y de derecho romano, además de la hispanoamericana, a la que me molesta llamarle inmigración porque yo creo que hay españoles de este lado del Atlántico y españoles del otro lado del Atlántico, ya que ha habido durante 400 años intercambio continuo de flujos de personas. Nosotros invitamos y damos las gracias a los inmigrantes que vienen desde el minuto 1 a aportar y ser parte de la sociedad española.

Un sector de la prensa, partidos de izquierda y algunos movimientos tachan a VOX como extrema derecha, por lo cual me veo obligado a preguntar, ¿es VOX un partido de extrema derecha?

(Risas) Pues si me preguntas, en España, creo que somos un partido de centro, ya que casi todo el resto es izquierda. Personalmente creo que todo partido que defienda y acepte la Constitución, por definición son de centro, ya que siempre hay partidos o pensamientos de partidos que están fuera del orden constitucional. Nosotros somos los mayores valedores de la Constitución, siempre actuando dentro de ella. A mí me molestan los membretes que se ponen a los partidos. Si nos quieren llamar conservadores, pues vale, pero no tenemos nada de extrema derecha. Por ejemplo, el Partido Socialista Danés ha limitado a 15 % la inmigración de origen musulmán y además alquila cárceles en Kosovo para enviar allí a los inmigrantes que cometan crímenes. Oye, ¿por qué no llamamos al Partido Socialista Danés de extrema derecha? Nosotros ni contemplamos algo parecido para nuestro programa. Poner membretes es la salida fácil, que tiene sobre todo la izquierda, de crear miedo; sobre todo por nosotros, ya que nuestra falta de corrección política nos permite captar voto tradicional de la izquierda que se siente traicionado. En España a dirigentes de muchos partidos de todo tipo de signos, incluido de izquierda, les han llamado fascistas, de extrema derecha, entre otras cosas. La izquierda necesita esos membretes, ya que en muchos lugares están perdiendo peso, como en Francia, donde el partido socialista no ha llegado ni al 2 %, pasando a ser irrelevante.

La izquierda está siempre muy unida, en cambio vemos a la derecha muy fragmentada.

Es así. Con la caída del Muro de Berlín, y siguiendo la llamada de socorro de Fidel Castro empieza en 1990 el Foro de Sao Paulo, fundado por la izquierda más extrema, cuyo objetivo es seguir las teorías de Gramsci, y en lugar de llegar al poder por la confrontación mediante guerrillas, como intentaban antes, evolucionan a hacerlo mediante elecciones, para una vez en el poder desmontar el Estado, desvirtuar las instituciones, entrar a procesos constituyentes y así permanecer en el poder hasta el final de los tiempos, como buenos comunistas, como vemos en Nicaragua, Venezuela, Cuba, lamentablemente también en Bolivia y como intentó Correa en Ecuador, y volverá a intentarlo. Mira, en la guerra cultural la izquierda le saca 40 años a la derecha. Están muy organizados y extremadamente bien financiados. Son una multinacional. Poco a poco se han hecho con una importante influencia en los medios de comunicación, para así hacer llegar su agenda al mayor número de personas posible. Por esa razón nosotros hemos promulgado la Carta de Madrid, como una respuesta al Foro de Sao Paulo, para coordinar la derecha, con un acuerdo de mínimos que tienen como base la defensa de la libertad, la defensa de la democracia y defensa de las instituciones y el derecho, utilizando medios legales, fondos legítimos y una moral que la izquierda no tiene. La Carta de Madrid por ahora está siendo un éxito y, como lo que se defiende de mínimos es amplio, también el abanico de partidos que participan es grande. Por ejemplo, en Bolivia han firmado 5 movimientos políticos, 3 en Perú, y eso ayuda a que podamos coordinar el mensaje de derecha, al igual que lo hacen desde la izquierda, que actúa como una multinacional.

¿Cuál es la posición de VOX ante la Unión Europea?

La UE creo que es buena, sobre todo los primeros acuerdos. Creo que el libre movimiento de personas y otras medidas de esos acuerdos han sido muy buenos para Europa, es indiscutible. Ahora, nosotros lo que somos es euro-exigentes. ¿Qué quiere decir eso? Que no estamos de acuerdo con una mayor pérdida de soberanía, que nadie ha votado, como cuando se quiso imponer la Constitución Europea. La burocracia europea está cogiendo unos tintes no democráticos, donde nadie escoge a los comisarios por ejemplo y, por ende, la UE cada vez más está tomando decisiones que no responden al interés o a la voluntad de las naciones. Además, el gasto es enorme e innecesario. La UE debe y puede ser más eficiente y hay que exigirle más. No puede ser que haya más de 700 euro-diputados. Creemos en una Europa con naciones fuertes para poder seguir siendo lo fuerte que ha sido hasta el día de hoy.

Quiero cambiar la mirada al otro lado del Atlántico. España, ante Hispanoamérica, siento que ha tenido cierto tipo de dejadez después de las independencias en cuanto a los lazos que nos unían, sobre todo en comparación con el Reino Unido con sus colonias, ¿siente que es así?

En primer lugar, yo no creo que España perdió colonias; una parte de España se independizó de España, ya que todo era España. En España existían virreinatos, pero todos teníamos los mismos derechos dentro de un mismo régimen, con diferencia del Reino Unido, que era una relación únicamente de extracción. Teníamos una sociedad mestiza, abierta. Creamos universidades y grandes obras. En Lima y Ciudad de México había alcantarillado antes que en París o Londres, además de que, cuando empieza la guerra civil que lleva a las independencias, esas dos ciudades eran también de las más ricas del mundo, y eso a la gente se le olvida. Dicho eso, el amor que siento hacia España, cada vez que viajo a Hispanoamérica, a pesar de las políticas de odio indigenistas, que son inciertas, es muy superior que el que veo cuando viajo a países que son parte de la Commonwealth. Obviamente hay claros y oscuros, por la condición humana, pero allí quedan las universidades, los hospitales y la sangre. Yo te puedo asegurar, que sabiendo de dónde viene mi familia, que tengo más sangre indígena que de origen íbero, porque ese mestizaje es el gran legado español. Los lazos están allí.

Como vicepresidente de su formación, usted ha viajado por gran parte del continente. ¿Cuál es su apreciación de la situación actual de la región?

Yo estoy muy preocupado. El marxismo donde más crece es en América, con una fuerza enorme. El caldo del cultivo del comunismo es el enfrentamiento y estamos viendo cómo empujan a enfrentar padres con hijos, trabajadores con empleadores (la lucha de clases típica), creando inestabilidad social. Estoy preocupado, pero confío en que poco a poco habrá un cambio de tuerca, y creo que lo estamos empezando a ver, con la debacle en votación de la Constitución en Chile o las encuestas en Perú ante Castillo. Yo creo que el punto de inflexión serán las elecciones de Guatemala, pero a pesar de eso va a ser muy complicado por la organización de la izquierda. Hispanoamérica es y será la punta de lanza en la lucha por la libertad y contra el comunismo.

Más temprano se refirió a sentirse en casa cuando está en Ecuador. Como sabe estamos viviendo unos momentos difíciles por la inseguridad. ¿Cuál es su apreciación de la situación del Ecuador?

Yo creo que la violencia en Ecuador va a seguir creciendo. La izquierda siempre utiliza la violencia como herramienta política, lo hemos visto en Colombia, Chile, Venezuela y Bolivia. Suelen tener resultados. Hay elecciones el próximo año en Ecuador, y para desestabilizar crecerá la violencia, así como los mensajes de desestabilización, para centrarse en tumbar el gobierno. Los ecuatorianos deben de ver lo que ha pasado con Venezuela, con Bolivia y con todos los gobiernos amigos del correísmo; intentar defenderse de ese devenir. Sugiero que todos los partidos opositores al correísmo deben de unirse para intentar detener cualquier otro avance en las siguientes elecciones. Yo creo que Lenín Moreno hizo una excelente labor demostrando las mentiras y corruptelas del correísmo. Ecuador debe preparar y dar visibilidad a los agentes del cambio que puedan hacer frente al correísmo, cuyo retorno al poder sería devastador para la economía y sociedad ecuatoriana.