Unas sanciones exageradas a las embarcaciones que cometan infracciones; y la reservación de las 8 millas para los pescadores artesanales, son algunas de las observaciones que hacen los armadores de barcos y trabajadores de la parroquia Posorja (Guayaquil), a la nueva Ley de Pesca que se elabora en la Asamblea Nacional, bajo la responsabilidad de la Comisión de Soberanía Alimentaria.

Reunidas el pasado fin de semana en el coliseo del colegio Santo Tomas de Aquino, unas 700 personas que dependen de esta actividad expresaron su malestar por la no asistencia de todos los miembros de la comisión parlamentaria, pero sobre todo, por lo que, según ellos, contiene el Proyecto de Ley Orgánica para el desarrollo de la Acuicultura y Pesca.

Armadores como Alfonso Delgado, coordinador nacional de Asociaciones Pesqueras y Afines del Ecuador, calificaron al proyecto como “satánico”, porque con la multa de más de 600.000 dólares que supuestamente se pretende cobrar a las embarcaciones que infrinjan la nueva la ley, el infractor tendría que vender el barco y todo sus bienes para pagarla; además de que la nave sería suspendida para sus labores de pesca. “Si esta ley va, Posorja se convertiría en un cementerio de barcos”, subrayó.

Recordaron que un barco cuesta entre 80.000 y 100.000 dólares, de ahí que pagar una multa de 1.500 salarios básicos unificados por infracciones como zarpe sin permiso o pescar en aguas prohibidas, no tiene sentido, precisaron.

Otro de los pedidos que hace este sector frente a la nueva norma, es que se elimine el acuerdo ministerial del 2007 sobre las 8 millas reservada a los pescadores artesanales, “porque no tiene ningún sustento técnico ni científico”, según, Stalin Chichande, presidente de la Asociación de Armadores de Barcos y Producción Pesquera de Posorja.

También piden la categorización de las embarcaciones y que sean consideradas como industriales a menor escala.

En la mesa técnica que elabora la ley debe estar el Instituto Nacional de Pesca y la Marina, pues ellos por estudios y experiencia conocen las actividades de la pesca y pueden orientar a los asambleístas, para que se construya una buena ley, justa y equitativa y no política, recalcaron los pescadores.

Al encuentro para la socialización del proyecto no asistió el asambleísta Lenín Plaza, presidente de la comisión, aunque sí lo hizo su alterna, Miriam Rivera, y también el legislador por Santa Elena, Jimmy Candell.

Los artesanos dijeron que Posorja “es la segunda potencia económica pesquera del país, que genera riqueza y fuentes de trabajo y es importante que se escuchen sus propuesta para la nueva Ley de Pesca”.

Jonhi Espin, presidente del gremio de las peladoras de camaron, dijo que a ellos no se los estaría considerando en el nuevo cuerpo legal, pese a que, aclaró, ellos representan el 35 % de la actividad económica de esta parroquia.