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El Pleno llama a juicio a Ruth Arregui

La superintendenta de Bancos será censurada por ID, PK y el correísmo

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Votación. El Pleno rechazó con 92 votos el informe de Fiscalización.Cortesía

La Comisión de Fiscalización proponía archivar el juicio político. El Pleno dijo no. Con los votos del correísmo, Pachakutik y la Izquierda Democrática (92 en total: 20 más de los necesarios para censurar y destituir a una funcionaria de su rango) la Asamblea Nacional decidió este martes llamar a la superintendente de Bancos, Ruth Arregui, para que responda ante el Pleno a las acusaciones del asambleísta interpelante, Darwin Pereira, de Pachakutik, que ya respondió en la comisión. Diga lo que diga, su suerte está echada: la nueva mayoría (correístas y PK, a los que se sumarán esporádica y alternativamente el PSC y la ID, según el caso) tiene ya listo su calendario de destituciones de autoridades de control. Nomás les falta recuperar el Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS) para nombrar a las suyas propias.

Con semejante agenda en el horizonte, la decisión no podía ser sino rápida y sumaria. El debate (que no lo fue ni mucho menos) duró una hora y media y no perdió el tiempo en nimiedades como considerar, aunque fuera para desestimarlas, las pruebas de descargo presentadas por la funcionaria interpelada; o analizar las razones de la Comisión de Fiscalización para archivar el juicio, que para algo escribió un informe de 95 páginas que el secretario tardó dos horas y media en despachar a buen ritmo. Ese informe, de hecho, no desempeñó papel alguno en la sesión, convocada cabalmente para conocerlo. Nadie lo citó siquiera.

Abrió el debate el presidente de la mesa de Fiscalización, Fernando Villavicencio, asumiendo la derrota, que estaba anunciada, y anticipando lo que se venía, que era predecible: una explosión de consignas antibanca. “Este no es un juicio político contra el sistema financiero”, dijo, pero los asambleístas del correísmo y Pachakutik que tomaron la palabra después de él lo convirtieron exactamente en eso. “Ustedes pueden tener los votos, eso es fácil, hasta se compran, pero jamás podrán tener la verdad, mucho menos el decoro”, remató Villavicencio.

Que la superintendenta será censurada y destituida diga lo que diga en su defensa lo demostraron los asambleístas de Pachakutik Darwin Pereira y Ricardo Vanegas. El primero, que desempeña el papel de acusador, se limitó a repetir la lista de cargos tal como la presentó el día 1. Como si en el intermedio no hubiera la funcionaria ejercido su derecho a la defensa y presentado una serie de pruebas a su favor que convencieron a la mayoría de integrantes de la Comisión.

En cuanto a Vanegas, directamente se salió por la tangente. Habló de supuestas omisiones de la superintendenta de Bancos en el caso Isspol, se explayó en el drama de las carteras vencidas de la banca pública y de lo que llamó “el peculado bancario de la CFN” y dijo que todas esas cosas eran “agravantes” por los cuales Ruth Arregui debería ser censurada y destituida. Pero ninguno de esos temas forman parte del juicio político (Darwin Pereira se limitó a asuntos menores, administrativos incluso) y su introducción en el debate es arbitraria, extemporánea y viola el debido proceso.

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Pero este juicio es especial, por decir lo menos. Su materia quedó planteada en términos puramente correístas, es decir, ideológicos: la banca es el enemigo número uno del pueblo y la superintendenta no la controla como debería. Roberto Cuero se desgañitó, literalmente, señalando a los asambleístas de la mesa de Fiscalización que votaron por el archivo del juicio como enemigos del pueblo y a sus compañeros de bancada como sus defensores. El libreto que anticipó Villavicencio al comienzo del debate, él lo cumplió con puntos y comas y sin sonrojarse siquiera.