María, quien prefiere no ser identificada, cuenta que su tía recibió una de las raciones alimenticias que entrega el Municipio de Samborondón en zonas vulnerables del cantón.

“Le dieron esa ración hace dos semanas. Tenía todo. Hasta leche en polvo. Esa leche es cara. Creo que para una familia de cuatro, como para una semana”, dice la mujer que vive en la cabecera cantonal. El Cabildo guayasense ha entregado las raciones en más de 100 recintos, como Deleite y La 70, según un comunicado.

En los últimos tres años, el Municipio de Samborondón ha impulsado varias compras de kits de alimentos por casi $ 400 mil en total, según una revisión de Diario EXPRESO a los registros del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop).

En 2020, año de pandemia, el Cabildo, a cargo de Juan José Yúnez, realizó dos compras de 10 mil kits de alimentos cada una: de $ 85 mil, en abril; y $ 93 mil, en junio. Al año siguiente, en mayo, se adquirieron 5 mil kits, por $ 48 mil. Y, en marzo pasado, se volvió a comprar 10 mil raciones, pero en este caso el monto adjudicado fue de $ 159 mil.

Tres de los últimos procesos contractuales han sido concentrados por Megacarnicos S. A. (La Española) y uno por Álex Franco Rodríguez, según los registros públicos. Este Diario envió una solicitud de entrevista a varios correos electrónicos relacionados con esa empresa y a su accionista más visible, pero no hubo respuesta. Tampoco hubo una contestación por teléfono. Por su parte, Franco dijo que las subastas se han desarrollado con “regularidad”.

En los documentos de la última adquisición de 10 mil kits consta una lista de diez tipos de productos: fideo de 400 gramos (g), arroz de 2 kilos (k), atún de 170 g, cocoa de 170 g, aceite de 1 litro (l), leche en polvo de 400 g, azúcar de 1 k, sal de 2 k, avena de 500 g y lenteja de 500 g. Este grupo de ítems comestibles se diferencia de la lista adquirida el año pasado por el Cabildo por dos productos: en vez de jugo y sardinas, el proveedor ahora suministra cocoa y atún.

EXPRESO solicitó una entrevista con el vocero del Cabildo, pero no se atendió el pedido. En un comunicado enviado por correo electrónico, el Municipio dijo que “el valor de las compras ha ido incrementando debido a que se han aumentado el número de ítems y el gramaje de varios productos”.

En una consulta de precios en sitios de venta de víveres que realizó este Diario, los diez productos del reciente listado se pueden adquirir desde los $ 13,61. Si se multiplica ese valor por los 10 mil kits, el monto total es de $ 136.100 (estos precios son de referencia de una compra por unidades y no de un volumen mayorista). No incluye algún rubro destinado para el armado de las raciones.

En los registros de la compra de marzo pasado no constan los precios finales pactados por producto tras la adjudicación del proceso contractual, hasta el 29 de abril anterior, en el portal web del Sercop. Si estuviesen esos detalles sería viable una comparación de valores con los costos reales del mercado. Solo se ve el valor total adjudicado: $ 159 mil.

No obstante, en los documentos sí constan los precios de referencia con los que se inició el proceso contractual: por ejemplo, la avena de 500 gramos, que aparece con un costo de $ 1,15, se la puede encontrar en el mercado desde los $ 0,77; la leche en polvo de 400 g, que tiene un precio estimado de $ 3,90, puede adquirirse desde los $ 2,99; la cocoa en polvo de 170 gramos, que registra un valor de $ 1,10, se la puede comprar desde los $ 0,79.

En Ecuador hay una guía para la elaboración de kits de ayuda en situación de emergencia. Émerson Benítez, director de Asistencia Humanitaria del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), indica que actualmente el Estándar Nacional de Kits para la Asistencia Humanitaria Complementaria (a febrero) es una referencia para que instituciones públicas y organizaciones privadas preparen la ayuda bajo parámetros mínimos que garanticen una verdadera respuesta.

“En un proceso de tiempo va a ser obligatorio. Al momento es un instrumento que está facilitado hacia ciudadanos y gobiernos autónomos para que puedan manejarlo, pero como no tenemos un margen legal que establezca que se deba cumplir, pues no lo han acatado”, enfatiza el funcionario de forma general.

Por ejemplo, el kit de primera respuesta humanitaria de ese estándar tiene 9 ítems comestibles, que responden a una necesidad nutricional para cuatro personas, con una duración de tres días. Mientras que en la última compra del Municipio de Samborondón, cada ración tiene 10 tipos de productos, entre estos dos latas de atún de 170 g y no las tres latas de 160 g como está en la guía ni las tres sardinas de 156 g. También haría falta 1 kilo de arroz, por ejemplo.

“Si eliminamos alguna proteína o carbohidratos, lo que vamos a lograr es que (la ración) no dure el tiempo que tiene que durar, y la persona se verá en la necesidad de complementar mucho más de lo que tiene en el kit”, analiza Roberto Nicola, presidente de Protección Civil, una organización privada adscrita al sistema de gestión de riesgos, aunque también refiere que el estándar no es una camisa de fuerza para las instituciones y cree que estas toman las decisiones con base en un análisis de especialistas.