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El trueque de alimentos gana adeptos en la pandemia

En Filipinas muchos ciudadanos deben cambiar sus bienes por comida, debido al confinamiento las páginas web de intercambio cada día son más populares

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Lorraine Ann Imperio navega en su computadora para intercambiar los productos en línea.AFP

Mis zapatillas Nike por un pollo. Lorraine Imperio no llega a fin de mes y ha decidido ofrecer su calzado deportivo a cambio de comida, en varias páginas de intercambios cada día más populares en Filipinas, debido a la crisis provocada por la pandemia del coronavirus.

Millones de habitantes del archipiélago han perdido su empleo por culpa de la COVID-19 y tampoco consiguen otro debido al confinamiento impuesto. Muchos deciden ir a las redes sociales o a páginas especializadas para vender cualquier cosa a cambio, sobre todo, de comida.

“Es tan difícil en este momento... No sabemos de dónde sacar el dinero para pagar las compras”, explica Imperio, de 28 años, que tiene dos hijos. Su esposo trabaja a medio tiempo en una tienda en Manila y ve, impotente, cómo su jornada de trabajo se reduce debido al virus. El hombre solo gana 9.000 pesos (184 dólares) al mes, de los que la mitad se emplean para pagar el alquiler.

En este contexto, las páginas de trueque se han convertido en un medio para sobrevivir para la familia de Imperio y las de muchos filipinos.

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Lorraine Ann Imperio (izquierda) se reúne con Reniel Bariso para intercambiar sus productos en la ciudad de Las Pinas, suburbana de Manila.AFP

Actualmente, casi un centenar de grupos de este tipo, con decenas de miles de miembros, existen en el país. Más de la mitad apareció tras la irrupción de la pandemia en el archipiélago, que obligó a muchos filipinos a volver a esta práctica tradicional en el país para alimentar a los suyos.

La búsqueda en Google  de la frase trueque de alimentos”, aumentó un 300% entre abril y mayo en Filipinas, según un estudio de la organización      iPrice Group

Analizar estos grupos de intercambios en la red social Facebook supone darse cuenta de que los productos más buscados son los alimentos. Imperio ya vendió los biberones de sus hijos, que ya no necesita, y cambió un abrigo de bebé y una chaqueta de una marca de lujo por seis kilogramos de arroz.

La frustración de no poder salir de casa y las ganas de poder ayudar a la gente impulsaron a Jocelle Batapa a crear hace cuatro meses un grupo de trueque en Bacolod, una ciudad del centro del país.

Su grupo cuenta ya con 230.000 miembros y esta mujer calcula que cada día miles de objetos cambian de manos gracias a su idea. “Sin la pandemia, el trueque no habría cobrado tanta relevancia”, dice.

En julio, un estudio del instituto de sondeos Social Weather Stations estimó que 5,2 millones de familias filipinas, cuya población rozaría los 110 millones de habitantes, habían sentido “la falta de alimentos” al menos una vez durante los tres meses precedentes. Una cifra que no era tan alta desde hacía seis años.

Y el trueque no es una práctica exclusiva de personas con pocos recursos. Para muchos es la manera de deshacerse de objetos que el confinamiento ha tornado inútiles. Así, Chona de Vega, de 57 años, ha cambiado su alisador de cabello y una tetera eléctrica con una bolsa de alimentos.