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Las consultas entre Rusia y EE.UU. inician el 10 de enero

El diplomático ruso dice que algunos países europeos empujan a Occidente a implementar nuevas medidas en contra de su país

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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aspira a tratar el impase con EE.UU., aunque no se lo nota muy optimista, esperará hasta enero./ALEXEI NIKOLSKY efe

Las consultas entre Rusia y EE.UU. sobre las garantías de seguridad que solicita Moscú comenzarán el próximo 10 de enero en Ginebra, informó ayer el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov.

“La reunión se celebrará en Ginebra, el 10 de enero es el principal día de las consultas bilaterales ruso-estadounidenses, que confiamos se conviertan en conversaciones sobre nuestros proyectos de acuerdo”, declaró, citado por la agencia oficial rusa TASS.

El alto diplomático ruso constató que “será imposible llegar a un acuerdo en un solo día, pero tampoco podemos alargar este proceso, porque el tema es muy urgente y muy grave”.

“Los intentos de la otra parte (...) de alargar las conversaciones, llevar todo esto al plano de las discusiones interminables, incluyendo el orden del día, y sobre quién tiene qué prioridades u otros, serán valorados por nosotros como un ardid para malograr las conversaciones”, alertó.

Moscú divulgó el 17 de diciembre los borradores del tratado y el acuerdo que propone a EE.UU. y la OTAN, respectivamente, para abrir una nueva era de seguridad que ponga fin a la inestabilidad que trajo, según el Kremlin, el fin de la Guerra Fría y la hegemonía en solitario de Washington sobre el globo.

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En ellos, Moscú advirtió de que el ingreso de Ucrania a la OTAN es una línea roja innegociable, propuso la firma de un nuevo tratado que excluya el emplazamiento de armamento nuclear fuera de las fronteras de Rusia y EE.UU. y el retorno a sus silos de las armas desplegadas antes de la entrada en vigor del documento vinculante que propone.

En una propuesta sin precedentes, ambas partes también se comprometerían a la destrucción de la infraestructura existente para ello en el extranjero, además de dejar de efectuar ensayos nucleares e instruir a especialistas civiles y militares de otros países, entre otras propuestas.

EE.UU. no tardó en responder que tiene que consultar con sus aliados europeos antes de pronunciarse.

Además, Serguéi Lavrov afirmó que Occidente podría provocar un conflicto armado en Ucrania para después acusar de ello a Rusia e imponer nuevas sanciones que afecten su economía.

“No descarto que se trate del simple deseo de atizar ánimos militaristas, de montar una pequeña guerra, luego culparnos e implementar nuevas sanciones para reducir nuestras capacidades competitivas”, afirmó Lavrov en una entrevista publicada en un canal oficialista ruso en YouTube.

El ministro de Exteriores, que ha reiterado en varias ocasiones que la concentración de tropas rusas en las cercanías de Ucrania no tiene fines agresivos, denunció que Occidente ha enviado grandes cantidades de armamento a Ucrania desde 2014 por más de 2.500 millones de dólares.

Dijo que en la Unión Europea se escuchan propuestas de implementar sanciones preventivas, para luego levantarlas si la invasión rusa a Ucrania, anunciada por Washington y Kiev para principios de 2022, no llegara a producirse. Calificó de “descaradas” las posturas de Occidente y la OTAN contra su país.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, manifestó que la mayor parte de las sanciones impuestas por EE.UU. a Rusia fueron aprobadas por el Congreso y no pueden ser cambiadas por el presidente estadounidense, Joe Biden, y su administración, en especial en un contexto que calificó de “bacanal antirrusa como factor unificador”. Se espera una salida al impase.