Mundo

Biden
El presidente de Estados Unidos Joe Biden, no cree que Rusia retire sus tropas frente al territorio de Ucrania. / MICHAEL REYNOLDS- EFE

Biden cree que la invasión de Ucrania puede ser en “días”

EE.UU. y Rusia elevan la tensión con advertencias y expulsión de diplomático número dos, en Moscú.  La OTAN alerta que habrá graves consecuencias

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consideró ayer que la amenaza de invasión de Ucrania por parte de Rusia es “muy alta” y apuntó a la posibilidad de que se produzca en “unos días”.

Antes de partir desde Casa Blanca hacia el estado de Ohio, Biden añadió en cualquier caso que “aún es posible” una solución por la vía diplomática. El mandatario señaló que Rusia “no ha movido sus tropas hacia fuera, las está moviendo hacia dentro” y recalcó que Estados Unidos tiene razones para pensar que los rusos están envueltos en una operación de “bandera falsa” (para buscar un pretexto para entrar en territorio ucraniano).

Russia

Rusia anuncia retirada de algunas de sus tropas cerca de Ucrania

Leer más

“Cada indicación que tenemos muestra que se están preparando para entrar en Ucrania, para atacar a Ucrania”, añadió sobre Rusia. A la pregunta de si cree que Rusia seguirá adelante con la invasión, Biden respondió. “Sí, lo creo. No ahora, en unos días”, añadió.

No obstante, también contestó con un “sí” a la pregunta de si aún es posible una vía diplomática y señaló que por eso ha enviado al secretario de Estado, Antony Blinken, a la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, para que exponga esa opción.

Biden, además, señaló que sigue esperando una respuesta por parte del presidente ruso, Vladímir Putin, a la carta que le mandó, además de recalcar que no tiene intención de llamarlo. La crisis entre EE.UU. y Rusia escaló ayer un paso más con la expulsión por parte de las autoridades rusas del ‘número dos’ de la embajada estadounidense en Moscú, Bart Gorman, y las renovadas advertencias de Washington de que la invasión rusa a Ucrania podría ocurrir pronto.

Una apreciación que hizo el presidente estadounidense, Joe Biden, en una frenética mañana de creciente agresividad retórica y gestos diplomáticos, que comenzó con el anuncio por parte de EE.UU. de un cambio de planes en la agenda del secretario de Estado, Antony Blinken, para participar en el Consejo de Seguridad de la ONU.

A la salida del diplomático en Moscú, EE.UU. estudia ya una respuesta a esta acción que considera un paso más en la “escalada” de tensiones bilaterales en medio de la crisis por la concentración militar rusa en la frontera con Ucrania.

En el avión de Blinken, uno de los funcionarios estadounidenses indicó a los periodistas que lo acompañan que la decisión de parar en Nueva York se debe a que se “enfrenta quizá el momento más peligroso para la paz y la seguridad desde el fin de la Guerra Fría”.

“Ahora, más que nunca, es fundamental” que EE.UU. y Rusia tengan “el personal diplomático necesario para facilitar la comunicación”, agregó esta fuente.

Prueba de la complejidad del panorama, este fin de semana estarán en Europa, además de Blinken, el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, así como la vicepresidenta, Kamala Harris, que también participará en la Conferencia de Seguridad de Múnich entre el 18 y el 20 de febrero.

Allí, Harris se reunirá con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y se asegurará de que EE.UU. está “completamente alineado” con sus aliados ante una eventual invasión rusa de Ucrania.

Tanto EE.UU. como la OTAN han advertido a Rusia de graves consecuencias en el caso de que se lance a una nueva invasión militar de Ucrania, como la que ocurrió en 2014.

La vicepresidenta estadounidense se verá, asimismo, con otros líderes políticos, como el canciller alemán, Olaf Scholz, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y celebrará una reunión multilateral con los dirigentes de Estonia, Letonia y Lituania, según informó un alto cargo de la Casa Blanca.

El Gobierno de Estados Unidos advirtió que Rusia concentra cada vez más militares en su frontera con Ucrania, lo que contradice el anuncio de Moscú de que ha retirado a varias unidades militares.