Para Brian Hitchens, el nuevo coronavirus o SARS-Cov-2 era una crisis falsa, inventada. También creía que las órdenes de aislamiento social y la cuarentena eran algo exagerado. Sin embargo, cambió su punto de vista sobre la pandemia de una manera cruel: él y su esposa se infectaron y están hospitalizados. Ella, muy grave.

Con esa dura lección, ahora Hitchens -conductor de Uber- se dedica a dar a conocer su error, a manera de advertencia para los aún incrédulos que minimizan el poder del nuevo coronavirus, causante del Covid-19.

"Pensé que tal vez el gobierno estaba intentando algo y lo hubiesen difundido para distraernos", dijo Brian Hitchens a la cadena televisiva WPTV desde su cama de hospital.

"Me levantaba por la mañana y le rezaba a Dios por su protección, y eso era todo", rememora el hombre sobre lo que hacía antes de infectarse. "Había todas estas máscaras y guantes, creí que era una histeria", continuó.

Su mensaje es claro y va dirigido a aquellas personas que creen que el coronavirus es algo que jamás les va a tocar, ni a ellos ni a sus seres cercanos y queridos.

"Muchas personas todavía piensan que el Coronavirus es una crisis falsa, en un momento yo también lo pensé". subraya en un texto publicado en Facebook.

"No es que pensara que no era un virus real, pero en un momento sentí que era desproporcionado y no era serio", indica en su publicación.

Los primeros síntomas los sintió él. Su esposa, dos días después. Tras ir al hospital, les dijeron que se sometan a cuarentena. Días después, los síntomas se agudizaron y fueron internados en el Centro Médico Palm Beach Gardens.

Tres semanas después, los síntomas se aligeraron, pero su esposa siguió empeorando a tal punto que espera lo peor.

"He llegado a aceptar que mi esposa fallecerá y la paz que tengo al respecto es que sé sin ninguna duda que irá a casa para estar con el Señor, pero también creo en los milagros. y estoy aferrándome a la posibilidad de que se cure, pero si no, estoy agradecido con ella, llevamos 8 años casados", rememora.

Su esposa está sedada y respira con la asistencia de un ventilador mecánico.

El arrepentimiento por haber minimizado la pandemia de coronavirus y su resignación a lo que pueda venir está en cada pañabra. "Mirando hacia atrás, debí haber usado una mascarilla al iniciopero no lo hice y tal vez estoy pagando el precio. Sé que si fui yo quien contagió a mi esposa, sé que ella me perdona y yo sé que Dios me perdona".