Después. Los árboles y la vegetación captan gran parte de los gases emitidos por automotores, considerados la principal fuente de contaminación del aire. En Medellín, hasta ahora se han sembrado 514.377 metros cuadrados de jardines y 47.373 metros cuadrad

Medellin rompe el concreto para sembrar miles de arboles

La ciudad colombiana recibió el premio Ashden por sus corredores verdes. Expertos aseguran que Guayaquil necesita urgentemente un proyecto similar.

Son 2.200 metros de longitud. Hay 599 árboles y 99.082 especies de plantas menores, que convirtieron al parterre central de la avenida Oriental, en Medellín, en un jardín que pintó de verde esa arteria colombiana.

Y no es la única. Hasta 2025 habrá 30 igual. Desde 2017, esa ciudad colombiana implementa el proyecto medioambiental ‘30 corredores verdes’, que tiene como objetivo reemplazar pisos de concreto u hormigón por pisos blandos para sembrar árboles y plantas.

Paula Andrea Palacios, secretaria de Infraestructura Física del Municipio de Medellín, estuvo en Londres, Inglaterra, la semana pasada recibiendo el premio internacional de desarrollo sostenible Ashden 2019, que ganó esa ciudad con su proyecto en la categoría ‘Cooling for people’ (Enfriamiento para las personas).

Esto, porque al sustituir el cemento por zonas verdes, también disminuye la sensación térmica en más de 2 grados centígrados, además de otras ventajas que tiene una ciudad verde.

“Medellín está muy enfocada en el urbanismo medioambiental, que es planificado desde nuestra realidad climática”, explicó a EXPRESO la funcionaria.

Lisseth Mena Molina, arquitecta máster en Ciudad y Arquitectura Sostenible, lamenta que en Guayaquil ocurra todo lo contrario. “Por donde pasa la regeneración se extinguen los árboles que han permanecido en esas calles por décadas, para ser reemplazados por palmeras, o simplemente se eliminan del paisaje urbano”, comentó.

La experta cataloga a la situación medioambiental de Guayaquil como “asfixiante” y desprovista de una planificación urbana ambiental. Esto no solo porque el concreto eleva las temperaturas en la ciudad, sino porque los árboles ayudan en lo estético y aportan a la salud física y mental, por la oxigenación.

Mena incluso considera que los parques de la urbe no deberían llamarse así porque, a su criterio, no cumplen con la cuota verde. Según la Organización Mundial de la Salud, una ciudad debe tener 9 metros cuadrados de áreas verdes por habitante.

De acuerdo con información que levantó para su investigación de fin de maestría, en 2015, el índice verde de Guayaquil era de 1,54 metros cuadrados por habitante, “lo cual es preocupante y necesita de intervención inmediata”, mencionó.

Según afirma, a pesar de haber solicitado información a la Dirección de Áreas Verdes de la Municipalidad de Guayaquil, nunca le facilitaron los datos para elaborar una propuesta de ‘Espacios de interacción urbana como regeneradores sociales’. Este proyecto buscaba intervenir sectores del sur de la ciudad, “por ser la zona más conflictiva y tratarse de un área consolidada”.

De hecho, Guayaquil no consta en el análisis de índice verde urbano de cantones que cumplen con la recomendación de la OMS que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en 2012, porque “no proporcionó ningún tipo de información”, según reza el documento.

Pero, como ha publicado EXPRESO, existe una polémica por la diferencia en la medición que efectúa el Municipio porteño.

Abel Pesantes, director de Áreas Verdes del cabildo, indica que en la ciudad existen 24,58 metros cuadrados por habitante si se consideran las Unidades de Conservación (áreas naturales protegidas); y 9,40 metros cuadrados por habitante sin las Unidades de Conservación.

Mena alega que ese cálculo supuestamente no fue realizado de acuerdo con lo establecido, es decir, espacios urbanos o periféricos donde predominen áreas ocupadas por árboles.

En todo caso, Xavier Cornejo, botánico y docente de la facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil, afirma que Guayaquil y Medellín tienen ciertas similitudes que permitirían la implementación de un proyecto similar al de los corredores verdes. No obstante, “la situación de Guayaquil es más grave porque deforestó su cultura nativa por la ampliación de su frontera urbana. Es algo que necesita de manera urgente y no lo tiene”, enfatiza.

El experto detalla que para agravar la situación, en la ciudad no hay un correcto tratamiento de los árboles, arbustos y plantas con respecto a poda o trasplante. Esta es una consecuencia de una carente planificación de arborización urbana, sostiene.

Se refiere a los aspectos que hay que considerar al momento de seleccionar las especies para sembrar en el área urbana. Unas son para parterres, otras para parques, otras para avenidas.

Según Cornejo, a esto se suma que el 90 % de la vegetación son especies introducidas, lo que encarece los costos de mantenimientos en las áreas verdes. “Por ejemplo, hay gran cantidad de Ficus benjamina, cuando esta es una especie con raíces hidrofílicas, esto quiere decir que buscan los conductos de agua y los rompen y generan pérdidas económicas. Y sacar esos árboles es mucho más caro también”, argumenta.

A todos estos factores Cornejo los describe como “caóticos” y lamenta que no exista una ley de arborización urbana con la cual esta ciudad pueda seguir la ruta de Medellín, pero con especies y una planificación que se adapte a las características de Guayaquil, que en este tema requiere de una intervención.

Áreas verdes

Sembrarán 1.000 árboles de especies nativas a fines de año

Según Abel Pesantes, director de Áreas Verdes, el Municipio de Guayaquil arborizará las siguientes avenidas: 25 de Julio, Mariana Argudo (desde la 25 de Julio hasta la av. 11 SE), Raúl Clemente Huerta (Guasmo Sur), Felipe Pezo (frente al cementerio Jardines de Esperanza), los parterres del programa habitacional Mi Lote-Villa Bonita, entre otras áreas.

Se sembrarán aproximadamente 1.000 árboles de especies nativas a finales de este año, para aprovechar la época lluviosa,anuncia.

Estos, aparte de los que se siembran en los parques.