La madrugada de este domingo 4 de diciembre, la Policía informó la liberación del cabo de la Armada chilena que había sido secuestrado el martes afuera de su casa cuando salió a pasear a su mascota. Se trata del Luis Toledo de 31 años.

La Policía dice que es un militar en servicio pasivo. Pero Toledo es un marino en servicio activo que pidió dos años sin goce de sueldo que había llegado al país hace unos seis meses para contraer matrimonio.

El uniformado permanecía retenido desde el 29 de noviembre en Guayaquil. Tras su rescate fue ingresado en una clínica.

¿La razón? Sus captores habían ejercido mucha violencia, al punto de mutilarle dos dedos de la mano izquierda. De acuerdo con la información policial habría llegado a radicarse en la ciudad y para ello adquirió un inmueble en el que vivía con su pareja. La información fue proporcionada por Fabary Montalvo, comandante (e) de la Zona 8.

El oficial contó los detalles. El operativo se cumplió en Durán. En el Malecón fue la aprehensión de un sospechoso, aunque la Fiscalía en su cuenta de Twitter afirmó que eran dos detenidos y anunció la formulación de cargos. La operación se denominó Rescate 34. Además, se decomisaron un celular y documentos.

Montalvo dio a conocer que el secuestrado salió de su domicilio en el sector de la urbanización Casa Laguna a las 18:00. Pasada esa hora, la pareja del uniformado chileno perdió el contacto con él. Cerca de la medianoche del mismo día, la mujer empezó a recibir llamadas telefónicas y mensajes de WhatsApp de los secuestradores. Pedían 100.000 para la liberación.

Ella notificó a las autoridades y se activaron la Dirección de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas (Dinased) y la Unidad anti Secuestros y Extorsiones (Unase) e iniciaron las investigaciones.

La información les llevó al Malecón del cantón Durán, en donde fue detenido el sospechoso de 30 años, quien no tiene antecedentes. El oficial dijo que ante la cercanía de la Policía se liberó a la víctima. Las pesquisas siguen para buscar a los demás responsables del posible delito.

La presunción de Montalvo es que, como invirtió en la vivienda, posiblemente tuvo acercamiento de alguna persona que pensaba que podía tener una situación económica elevada. Aclaró que la Policía no pagó ningún rescate, pero la familia en Chile habría depositado 2.000 dólares a la cuenta de los captores. La Cancillería chilena agradeció los esfuerzos coordinados entre la Policía de Investigaciones de Chile, el Consulado en Guayaquil y la Policía de Ecuador.