BLOQUEOS
Obstáculos. La quema de árboles, ramas y llantas, fue la tónica del octavo día de paro.Angelo Chamba

Leonidas Iza se hace esperar para llegar a Quito

El Ágora es el objetivo de todos.  Ayer, miles buscaron llegar a Quito. Al dirigente indígena le acompañaron más de 5.000 manifestantes

Anoche, el secreto mejor guardado de la dirigencia indígena de la Conaie era la hora y el sitio de llegada de Leonidas Iza, presidente de la organización.

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Los ánimos en Quito se siguen caldeando

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De Iza lo único cierto que se conoció es el mensaje que envió a las bases. “No podemos deslegitimar nuestras luchas. No se puede confundir con un vandalismo. Por favor, el paso libre para todos los trabajadores de la salud, ambulancias, enfermos, absolutamente todo lo que concierne a la salud y todo lo que concierne a emergencia en cualquiera de sus niveles”, pidió a la militancia.

Hasta el cierre de esta edición, Iza no llegó ni al Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en donde se concentraron unos 500 indígenas de Cayambe y decenas de gestores y artistas. Tampoco arribó a la Politécnica Salesiana, universidad que abrió sus puertas para acoger a los manifestantes.

No queremos que toda esa área de la ciudad que fue violentada y que generó un trauma social enorme se repita.

Patricio Carrillo, ministro del Interior

Este lunes, el ambiente de Quito fue de relativa calma y normalidad. Hubo servicio de buses, de taxis y transporte particular. En la capital no hubo cierres o bloqueos de calles. No así en los extremos norte, Mitad del Mundo y sur en Cutuglagua, en donde se obstaculizó la circulación vehicular con palos, piedras, tierra y alambres de púas y llantas humeantes. Uno de estos cercos provocó daños a un motociclista que intentó evadir el bloqueo pero resultó con heridas en el cuello y en la pierna derecha al caer de una moto. En el norte y el sur los manifestantes actuaron con violencia y agredieron a quien no quería sumarse a la paralización.

En el Centro Histórico las protestas se reactivaron la tarde y noche. Miembros de la FEUE, FESE, Vientos del Pueblo, Feministas y Guevaristas marcharon por la calle Montúfar, cerca del comando policial.

Los disturbios no se hicieron esperar y, los policías respondieron a las pedradas con gas lacrimógeno. Equipos motorizados y el grupo UMO repelieron a los activistas. Un carro cisterna también estuvo en el octavo día de protesta para dispersar con chorros de agua a los reacios jóvenes que se apostaron cerca de la plaza Hermano Miguel.

No estamos aquí para provocar a la Policía, sino para demostrar que la cultura tiene dignidad y la capacidad de ser libre.

Fernando Cerón, presidente de la Casa de la Cultura

Esta noche de manifestaciones dejó como saldo tres detenidos que fueron trasladados a la Unidad de Flagrancia. El tránsito peatonal se normalizó después de una hora, pero no hubo medios de transporte para las personas que buscaban cómo desplazarse a otros puntos.

El epicentro de la confrontación se concentró desde pasado el mediodía en los exteriores de la Casa de la Cultura. El sitio fue escogido por los manifestantes para alojarse y pernoctar en la capital. Ese también fue el lugar que la Policía decidió requisar para instalar a miembros de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), quienes ingresaron la noche del domingo con la misión de impedir que los manifestantes repitan las violentas escenas de octubre de 2019. Al menos 500 uniformados permanecieron en el acceso al Ágora, en el parque El Arbolito, en el norte.

Los temas sustanciales, presidente de la República, debe dar una respuesta, un respaldo al pueblo.

Leonidas Iza, presidente de la Conaie

En tanto, en el acceso principal de la entidad hubo baile, danza, teatro y jóvenes consumiendo licor.

La Universidad Católica se ofreció como sede del diálogo entre Gobierno e indígenas. El rector Fernando Ponce exhortó a las partes a deponer cualquier posición y mirar soluciones de acercamiento que construyan esta solución en el menor tiempo posible.

Hasta ayer, el paro ya dejó una persona fallecida producto de una posible caída en una quebrada. Además, al menos 55 civiles y 61 policías heridos, y el secuestro de alrededor de 23 uniformados es el balance de ocho días de paro.

El ministro del Interior, Patricio Carrillo, pidió a los manifestantes garantizar que no habrá violencia en las marchas y aseguró que no emplearán armamento letal en el control. No solo los policías fueron el blanco de los manifestantes. Hubo agresiones a los periodistas en San Miguel de El Común.