Pablo Dávila explica sobre el planteamiento de eliminar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS).

“Tanto poder en manos de siete, incluidos nosotros, es demasiado”

Pablo Dávila asegura que no quiere dejar a medias su tarea y la que se había convertido en una misión para Julio César Trujillo (+).

Pablo Dávila asegura que no quiere dejar a medias su tarea y la que se había convertido en una misión para Julio César Trujillo (+). Se ha puesto como meta dejar armada una consulta popular para eliminar este organismo, del que hasta hace pocos días él fue parte, en no más de cuatro meses.

- ¿Por qué no quitar funciones en lugar de eliminar?

- El problema del Consejo es de diseño institucional. Sus atribuciones se pueden englobar en tres grupos: la participación que a través de un organismo del mismo Estado es un contrasentido, por lo tanto se puede eliminar; en lucha contra la corrupción el acompañamiento lo podría hacer la Defensoría del Pueblo; y las investigaciones les corresponden a la Fiscalía si son penales y a la Contraloría para transparentar el uso de recursos públicos. Podemos borrar esas atribuciones que no pasa absolutamente nada.

- También está la designación de autoridades de control.

- Que es la verdadera razón por la que se ha mantenido vivo a ese organismo y en el transitorio demostramos que se usó, manejó y manipuló los concursos para cooptar poder en beneficio del gobernante de turno y a través de esas designaciones se promovió la corrupción y la impunidad.

- ¿La propuesta es que las designaciones vuelvan al Parlamento, que falló en su momento?

- Sí, porque es el máximo órgano de representación popular. Ni yo ni el comité sugerimos que esta atribución regrese en los términos del pasado. Hay tres cosas importantes que se deben rescatar: la meritocracia, la veeduría y la impugnación ciudadana. Esos tres conceptos se deben aplicar, pero desde la Asamblea.

- ¿Con una Asamblea como la actual, con tantos intereses?

- Por eso, tengo la idea de que la estructura del Parlamento debe cambiar hacia la bicameralidad como un elemento de control interno, de pesos y contrapesos. Creo que puede ser parte de esta consulta popular precisamente porque va anclada a la reflexión sobre quién debe ser la autoridad nominadora.

- Si bien ha dicho que la propuesta de eliminación no es contra las personas, ¿las primeras acciones y actitudes del nuevo CPCCS le impulsan en su idea?

- Incluso aquellos que fueron críticos con el Consejo transitorio admitirán que un poder tan grande en manos de siete personas, incluyéndonos a nosotros, es demasiado. Por último, deberían estar las personas más ecuánimes posibles, con entrega al servicio público para poder ejercer funciones tan delicadas. Y lo que estamos viendo ahora es, precisamente, un ejemplo de lo riesgoso que puede ser para el país entregar tanto poder a siete personas.

- ¿Una semana en funciones le da un panorama de lo que será el nuevo Consejo?

- Tiene que concentrarse en cumplir sus atribuciones constitucionales. De lo que hemos visto, me incluyo como ciudadano, es un esfuerzo por centrarse en la auditoría de lo actuado por el transitorio. No voy a decirle al Consejo cuáles son sus prioridades, pero jurídicamente revisar el trabajo del transitorio no es posible para ellos. Es mejor que definan un plan de trabajo en función de lo que sí pueden hacer.

- ¿Hay animadversión o algún interés político detrás de los anuncios de auditoría?

- Sí, porque jurídicamente saben que no tienen competencia para hacerlo. Es muy posible que alguien los esté impulsando. El expresidente Rafael Correa también ha sido bastante visible, a través de redes sociales, en apoyar a ciertos candidatos que hoy son parte del Consejo y evidentemente puede ser interesante para él y sus colegas retomar el control del CPCCS.

- ¿Alguien tendrá que fiscalizar o se cierran a esa posibilidad?

- Como funcionarios públicos, por supuesto, debemos responder ante las autoridades competentes. Si hay duda del manejo de fondos públicos, acudiremos ante el contralor. Si hay algún indicio de responsabilidad penal en nuestras acciones, debemos responder ante el fiscal.

- ¿Dejaron los archivos “a la maldita sea” como dijo el presidente del CPCCS, Carlos Tuárez?

- Absolutamente no es cierto, está equivocado. Nosotros le pedimos al secretario del Consejo transitorio (Darwin Seraquive) que aclare dónde están los archivos físicamente para que puedan revisar todo lo que quieran. En materia de fondos económicos, estamos claros en que se manejó de la manera más austera. Lo pueden revisar.

- Mucho han hablado de lo bien que actuó el transitorio y poco de lo malo. ¿Qué se pudo hacer mejor?

- Creo que el resultado de la selección del Consejo de la Judicatura (CJ) se pudo hacer mejor. Y no solo hablo del transitorio, me refiero también al definitivo. El país conoce la postura que tuve en su momento (Dávila se abstuvo de votar por la actual presidenta del organismo), buscando que los candidatos sean los mejores posibles.

- Tan problemático ha sido el CJ que la semana pasada renunció una de sus vocales.

- Esos ejemplos marcan la importancia de los diseños institucionales fuertes. Uno puede escoger a las mejores personas. La doctora Patricia Esquetini me parecía uno de los mejores nombres y decide renunciar haciendo, además, una crítica.

- ¿El Consejo Nacional Electoral le deja satisfecho?

- Pienso que también ese proceso pudo organizarse mejor, ser más eficiente, pero no fue así. Creo que debimos haber designado al defensor público, pero penosamente por circunstancias incluso de tiempo finalmente no se lo pudo hacer. Nos enfrentamos a la disquisición de designar a un defensor público cuando los cuatro mejores candidatos habían sido impugnados y retirados del concurso.

- ¿Error o acierto no haber designado a un nuevo contralor?

- El acierto está en promover el control de los fondos públicos a través de la sugerencia de transformar a la Contraloría en un Tribunal de Cuentas. Nos sumamos a ese proceso a efecto de generar mayor debate y control interno en la Contraloría. Esperemos que ese proceso avance adecuadamente.

- ¿Se pudo quitar algunas cargas al Dr. Trujillo?

- La gente más cercana al Dr. Trujillo siempre hizo lo posible por cuidarlo con lealtad en lo profesional, pero también en lo personal. Pero él fue un ejemplo de servidor público y por eso no dudó en entregarse al 100 % a todas las tareas del Consejo. Nunca faltó absolutamente a nada.

- ¿El incidente del 13 de mayo, cuando un grupo de personas lo insultó, fue la causa de su quebranto de salud?

- Parcialmente, no creo que haya sido el detonante ni menos aún la única razón, pero todo sumó. Él, como todos los integrantes del transitorio, enfrentó un desgaste natural fruto del trabajo. Hay que entender que todo lo que hizo el Consejo, bien o mal, estuvo sujeto a muchas presiones naturales y propias del tipo de decisiones que estábamos tomando. Eso hizo que llegáramos al final con un desgaste natural por estos intensos 14 meses.

FRASES

Por ahora, me he reunido con representantes de la sociedad civil para la consulta. No descarto hacerlo con actores políticos.

Todas las funciones que tiene ahora el Consejo están duplicadas y les corresponde ejercerlas a las entidades que tienen las competencias.