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Guillermo Lasso en campaña electoral
Lasso: Todo un caballero del siglo XIXCortesía

Instantáneas electorales: El militar, el milagrero y el cura

La campaña electoral es una competencia de delirios en la que los candidatos se retratan de cuerpo entero. Guillermo Lasso, Carlos Sagnay y Lucio Gutiérrez son show aparte.

1. GUILLERMO LASSO CAYÓ AL NIVEL DE SABATINA

Quizás después de su experiencia de esta semana Guillermo Lasso ya entendió que hacerse el chistoso no le rinde. El humor nos pinta tal cual somos y cuando el candidato de CREO se presenta tal cual es, pierde. Siempre. Termina, como terminó el viernes, sintiéndose obligado a disculparse.

“Reconozco -tuiteó- que mis palabras ayer en Machala causaron malestar en muchas mujeres, por lo que pido perdón. Con humildad se aprende a ser mejores cada día”. Curiosas disculpas: no admite que sus palabras en Machala configuraran una babosada sin atenuantes, no; nomás que causaron malestar. Para notar eso no hacía falta ser un genio: bastaba con echar una ojeada a las redes y comprobar cómo lo arrastraban. Así que sus disculpas y sus deseos de mejorar con humildad, expresados en el Twitter, son un raro caso de propósito de enmienda sin acto de contrición. Él, que conoce el catecismo, sabrá si eso sirve de algo.

Guillermo Lasso tal cual es, el jueves en Machala: “Tú no le puedes decir a una chica ‘oye, pero no has conseguido novio’. La chica se tiene que vestir tan elegante como Mirta Aristeguieta. Tiene que arreglarse bonito (hay que ver con qué enjundia pronuncia este ‘bonito’, como si estuviera contemplando un figurín), y cuando esté bien vestida y bien bonita como Mirta, consigue novio”. Mirta Aristeguieta, candidata a la Asamblea, sentada a su derecha, sonríe. Quizá porque se siente halagada, quizá porque no le queda más remedio. Y Lasso concluye: “Así es el Ecuador”.

¿Cómo? ¿El Ecuador? Sí, el Ecuador. El candidato estaba hablando de inversión extranjera directa y no se le ocurrió mejor analogía: “hay que vestir bien a la economía del Ecuador”. Para llegar allá, por puro prurito de chistosín, tuvo que pasar por todos los tópicos de los roles de género más rancios del planeta y sacar a colación lo que piensa del noviazgo: un novio, según Lasso, es algo que las señoritas tienen que “conseguirse” (ese es el verbo que le nace). ¿Y cómo se lo consiguen? Convirtiéndose en bonitos objetos decorativos.

Ya puede pedir disculpas todo lo que quiera Guillermo Lasso. No le hace: lo que dijo es lo que piensa. Así como Correa, cuando se mandó la gansada de la igualdad de género y las minifaldas, se reveló como el sátiro crónico que es, Lasso se mostró este jueves, en Machala, como el monaguillo del siglo XIX que ya todos conocíamos.

“Guillermo Lasso hunde su campaña con un discurso machista”, tuiteó el expresidente prófugo en un nuevo alarde de cinismo. Esta vez tenía razón: a despecho de sus disculpas, con su analogía del jueves el candidato de CREO hundió su campaña al nivel de sabatina de Rafael Correa.

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Carlos Sagnay en campaña electoral
Sagnay: Antes de empezar a Bucaram.Cortesía

2. EL PLAN DE GOBIERNO DE SAGNAY: UN MILAGRO

“Presidente Abdalá Bucaram, en ausencia...”. Así empieza su discurso en el acto de lanzamiento oficial de su campaña electoral el candidato de Fuerza Ecuador, Carlos Sagnay de la Bastida: con Abdalá encabezando la lista de vocativos aunque no se encuentre en la sala. Más que un saludo protocolario es una invocación. Ya que su carrera a la Presidencia arranca con el apellido Bucaram por delante, no resulta difícil adivinar a quién se refiere cuando ofrece, al puñado de seguidores reunidos en uno de los salones del Hotel Oro Verde, que reformará la justicia para liberar a los inocentes que se encuentran en prisión. Esta es una candidatura con dedicatoria.

Las ofertas de Sagnay son para pararse a verlas. “Cuando la Asamblea se oponga a lo que yo pido -promete, por ejemplo- vamos a consultar al pueblo ecuatoriano”. Y como en sus entrevistas empieza por admitir que el control del Legislativo está fuera de su alcance, cabe suponer que está pensando en convocar a un referéndum día por medio.

Pero lo que definirá su Presidencia, lo repite adonde va, son los dos primeros decretos que firmará el día uno de su gobierno. El primero es para permitir en el Ecuador la competencia de los bancos con el fin de bajar las tasas de interés. Porque no es posible, dice, que los bancos cobren en este país intereses del 20 o el 25 por ciento mientras en el primer mundo, que él se jacta de conocer tan bien, no llegan al uno por ciento. Eso de que los bancos en el Ecuador cobran intereses superiores al 20 por ciento es una mentira que también el candidato de Pachakutik, Yaku Pérez, repite a quien quiera creerle. En realidad, la tasa de interés activa referencial en el Ecuador se sitúa en 8,3 por ciento.

Eso no importa. El decisivo es el decreto número dos. Con él aspira Sagnay a terminar con la corrupción de un plumazo y con el solo peso de su firma poderosa. Ordenará a todas las instituciones y organismos del Estado presupuestar su gestión de 2021 con base cero, en lugar de hacerlo con base en el presupuesto del año anterior, “donde se tiene incorporado -dice- 30 por ciento de coima”. Según Sagnay, un tercio de todo el presupuesto del Estado es pura coima. Basta con suprimirlo (y lo dice completamente en serio) “y habremos ahorrado 9 mil millones de dólares, que es el déficit presupuestario del Ecuador”. En un solo año, el candidato de Fuerza Ecuador obrará el milagro. En dos (esta es la parte que no se entiende), ofrece obtener la bicoca de 16 mil millones. O sea que un tercio de su propio presupuesto del primer año también será coima.

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Lucio Gutiérrez en campaña electoral
Gutiérrez: Tiene nostalgia de cuando le trataban malCortesía

3. GUTIÉRREZ: LA LETRA CON CÁRCEL ENTRA

“En esa época los profesores nos castigaban cuando no hacíamos los deberes y nos decían: la letra con sangre entra...”. El entrevistador de radio Alborada conduce el diálogo hacia el terreno de lo anecdótico y Lucio Gutiérrez hace un esfuerzo por no verse tan rígido y castrense. “¿Tuvo algún castigo del profesor?”, dispara el periodista. “Por supuesto que sí -responde el candidato con un brillo en la mirada- y creo que esa época era bastante positiva. Nos educaban, nos disciplinaban y cuando hacíamos demasiada bulla nos castigaban, nos sacaban a formar, nos hacían correr, nos hacían flexionar, nos ponían con la cara contra la pared”. Snif, cuánta nostalgia.

Castigador y disciplinario salió el coronel Gutiérrez. En la que aspira sea su segunda administración no piensa andarse por las ramas: para los corruptos, cadena perpetua. Y para sus familiares, cárcel hasta que devuelvan lo robado. La periodista María Sol Borja, del medio digital GK, abre unos ojos como platos al escuchar esta propuesta: “Perdóneme, estoy perdida -le interrumpe-, usted propone encarcelar-a-los-familiares”. Gutiérrez, súper serio: “Sí, sí, sí, sí, así es”. Borja, incrédula: “¡Pero eso no se puede!”.

Pues bien, Gutiérrez puede. Al fin y al cabo, “nadie les está poniendo una pistola en la cabeza para que se roben la plata del pueblo ecuatoriano”. El procedimiento que propone es simple: si el funcionario roba, cadena perpetua y se le da el plazo de tres meses para que devuelva todo lo robado. Si en tres meses no ha devuelto, “todo el entorno familiar irá preso, hasta que devuelva”. Esto es lo que se llama gobernar con la bazuca al hombro.

Hombre de camisa verde oliva con botones dorados, Gutiérrez proclama la importancia de la disciplina desde su perfil de Twitter. Él sabe lo que los ecuatorianos necesitan: que alguien los ponga de cara a la pared.  

Álvaro Noboa

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