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El edificio de Unasur, ubicado en la Mitad del Mundo, representó una inversión de 40 millones de dólares.
El edificio de la Unasur, ahora en desuso, costó 40 millones de dólaresarchivo

Los indígenas creen que la palabra de Lenín Moreno perdió aún más credibilidad

El presidente ofreció las instalaciones de Unasur antes del paro de octubre. Ahora se habla de entregarlo al Museo Nacional

La revancha. Los hechos de octubre de 2019 sería el punto de quiebre. El anuncio, que un año antes a las manifestaciones indígenas en contra de las medidas económicas adoptadas por el Gobierno, hiciera el presidente de la República, Lenín Moreno, de que la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), situada en la Mitad del Mundo, al norte de Quito, se convertirá en un centro de estudios superiores indígenas, ya ha sido desechado por el propio mandatario.

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En la cadena nacional del domingo 9 de agosto, cuando anunciaba los premios Eugenio Espejo, dejó en claro que la edificación construida durante la presidencia de Rafael Correa, a un costo de 40 millones de dólares, pasará a formar parte de la cultura ecuatoriana. “...Vamos a darle un lugar propio al Museo Nacional en un edificio que pagan todos los ecuatorianos y que ahora vuelve a nuestras manos para beneficio de todos, en la Mitad del Mundo”, anunció Moreno.

Esta decisión no sorprende. “Me parece que esto es una especie de sanción por lo que ocurrió en octubre, porque ya ofreció que este edificio vaya a ser el campus de la universidad indígena. Sanción que uno puede leerlo como que los pueblos no tienen derecho a revelarse, porque enseguida les sanciona y como es al mundo indígena pone más de manifiesto una visión colonial del Estado”, sostuvo la catedrática Natalia Sierra.

Además, ella considera que el presidente Moreno no ha cuidado dos cosas que son políticamente correctas: una, su palabra, y dos, que queda claro que después de octubre es un Gobierno que sanciona a sectores sociales cuando estos asumen su derecho a la resistencia.

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Para la dirigente de Pachakutik, Lourdes Tibán, esto es una burla para el pueblo indígena, porque de por medio estaba la palabra del presidente de la República. Ella no quiso hacer juicios de valor sobre si la decisión se tomó por los hechos de octubre. Sin embargo, cree que un cambio de postura demuestra que no se puede confiar en el Gobierno y cree que sobre todo es un tema político en donde, opina, el presidente Moreno quiere quedar bien con otros sectores, dado el rechazo que tuvo el anuncio de entregar el edificio al sector indígena del país.

“Lastimosamente la palabra del presidente está tan devaluada que hasta cuando diga una verdad deja dudas, y cuando hizo el ofrecimiento del edificio de Unasur para la universidad despertó un sueño para los pueblos originarios, pero vimos que era un tanto demagógico el ofrecimiento”, sostuvo el prefecto del Azuay y dirigente de la Ecuarunari, Yaku Pérez.

Considera que el reclamo que hizo el sector indígena en octubre en contra de las medidas económicas influyó mucho en la decisión del mandatario, que ve como una revancha lo que ahora ha decidido. Pérez insistió en que esto no sorprende y demuestra que no hay cómo creer en el presidente.