El presidente de la República, Guillermo Lasso, recibió, de manos de las Fuerzas Armadas, el bastón de mando que lo acredita como su máxima autoridad. Ocurrió ayer en la primera ceremonia militar en conmemoración del Primer Grito de la Independencia en la que participa.

En el acto hubo ascensos y anuncios. En su discurso, el presidente Lasso habló de la gesta patriótica del 10 de Agosto, del respeto a los demás poderes del Estado, de la ayuda económica que llegará para el combate de la desnutrición infantil. También de las amenazas, del plan de vacunación como referente en América, de los problemas del Municipio de Quito, los héroes de mandil, de uniforme, deportistas, emprendedores, trabajadores.

Luz de América

El presidente se refirió a la fecha histórica y su implicación en la actualidad, pues dijo que fechas como estas obligan a medir cuánto se ha avanzado respecto a la gesta que dio vida al Ecuador y a preguntarse si hoy, más de 200 años después, “seguimos siendo Luz de América”. Señaló que tiene la satisfacción que no solo se ha vuelto a ser Luz de América, sino que el país ha empezado a ser luz del mundo.

Plan de vacunación

En el mismo tono que recordaba la victoria de las ideas independentistas, Lasso destacó que el país está brillando en el contexto internacional en la salud, tal como lo hubiese deseado Eugenio Espejo que promovía la higiene pública, educación y pensamiento científico. “Somos luz en vacunación”, dijo.

Renacer económico

El presidente habló de buenas noticias y el ‘renacer económico’ del Ecuador que se multiplica, los bonos se revalorizan por encima de otros países, que hay confianza empresarial y que se recibirán mil millones de dólares de la comunidad financiera internacional, sin compromisos ni ataduras. Esos recursos anunció que servirán para dar orden y racionalidad de las finanzas y garantizar alivio y atención en programas como Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil.

Violencia

Habló de la coincidencia histórica. “Ahora que volvemos a ser luz, ahora que nos reactivamos surgen voces que pretenden sumirnos en el despotismo, en el autoritarismo y en la amenaza”. Manifestó que son voces que no ofrecen diálogos, sino ultimátum que solo los dan los que no se sienten capaces de mover a sus semejantes con la fuerza de sus ideas, sino con la fuerza de la violencia.

Respeto a los poderes

Lasso insistió que valora y respeta a todas las organizaciones políticas y sociales del Ecuador y su gobierno ha inaugurado una nueva forma de hacer política con acciones claras que se reflejaron en las elecciones de altas dignidades de la Asamblea, en la composición del gabinete y siempre promoviendo el diálogo pero propositivo y jamás impositivo. “Nunca cederemos a amenazas porque eso echaría abajo todo el buen trabajo que estamos haciendo para brindar estabilidad al Ecuador”, dijo.

Defender a Quito

Hubo un mensaje para los capitalinos que no merecen lo que sucede en el Municipio y en la ciudad. Insistió que tampoco merecen los ecuatorianos porque Quito es la capital de cada habitante del país y lo que sucede aquí atañe a todos. Ofreció que cuando llegue el momento su gobierno, que tanto se ha esmerado en devolver luz al Ecuador, defenderá también la luz que siempre brilló y que debe seguir brillando en Quito, “jamás abandonaremos al pueblo quiteño”.

Héroes

En el discurso hubo espacio para mencionar a los héroes de mandil, a los uniformados que han luchado en el combate de la pandemia de COVID-19, a los héroes olímpicos que se alzaron con medallas y diplomas en Tokio. Comentó que no llevan armas y balas sino vacunas y esperanzas, los héroes que no han parado de sembrar y cosechar para proveer de los alimentos, los emprendedores, los trabajadores.

Los puntillazos

Elogios

El presidente elogió a los que construyen su grandeza sin bloquear, afectar paralizar, ni perjudicar a nadie, en silencio.

Ofrecimiento

Guillermo Lasso ofreció que nunca defraudará a los millones que se esfuerzan diariamente, a los millones que piden solo la oportunidad de trabajar, progresar y salir adelante y con trabajo y con humildad.