La vida política de Guadalupe Llori es extensa y lleva de altos y bajos. La ahora presidenta de la Asamblea Nacional inició su camino de la mano del movimiento Pachakutik como lideresa del cantón Francisco de Orellana convirtiéndose en su alcaldesa en las elecciones de 2000. Cuatro años después mira un poco más arriba y se postula a la Prefectura de Orellana llegando a dicho cargo.  

Casi terminando su gestión que coincidió con el inicio de la administración del entonces presidente Rafael Correa fue detenida acusada por supuesto sabotaje y terrorismo presuntamente organizar una huelga en la población de Dayuma. En 2008, un juez ordenó su liberación, pero la orden fue anulada por supuesta prevaricato. En marzo del mismo año, la Asamblea Constituyente otorgó amnistía a los detenidos por dicha huelga, pero Llori permaneció detenida por una denuncia de presunto peculado. 

En ese mismo mes y año fue destituida del cargo por decisión del Consejo Provincial, pero meses después, en septiembre, fue declarada inocente por los cargos de peculado e intentó retomar su cargo y un juez se lo otorgó.

Una nueva Constitución regía en el país y elecciones generales se convocaron en el año 2009. Llori quiere regresar a la Prefectura de Orellana cobijada por el arcoíris de la lista 18 logrando alzarse nuevamente con el cargo. En 2014 es reelecta y renuncia en 2018 para alcanzar de manera fallida la alcaldía de Francisco de Orellana. 

En las elecciones de 2021 regresó a la lid electoral como candidata a asambleísta en su provincia. Alcanzando una curul que ahora, con la voluntad de 71 legisladores, llega a la Presidencia de la Asamblea Nacional.