No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Las colegiaturas profesionales intentan reactivar sus actividades en medio de profundas llagas económicas y afectivas que, como secuelas, también les 

Dos de los gremios que agrupan a miles de profesionales de la provincia del Guayas revelan la gran afectación que han sufrido, no solo por el fallecimiento de colegas, sino por los ingresos que no han percibido durante los últimos cinco meses, debido a la emergencia sanitaria que los llevó a postergar todo lo agendado.

El 28 de febrero de 2020, el Colegio de Médicos del Guayas (CMG) salía de un proceso electoral en el que eligió a su nuevo directorio. Todo marchaba bien hasta la mañana del 16 de marzo, cuando el Gobierno decretó el estado de excepción por la COVID-19, que incluía un toque de queda que restringía la movilización a nivel nacional. Lo demás ya es historia. Pero las nuevas medidas dejaron un cúmulo de pendientes.

“Nos quedamos como esas novias: vestidos y alborotados, pagado hotel, comida. Todo”, cuenta el doctor Wilson Tenorio Mina, presidente del CMG. Pero el tiempo que el colegio dejó de recibir los aportes de los afiliados, como consecuencia de la pandemia, prácticamente los empujó a una situación crítica.

“Crítica porque económicamente también debemos cubrir necesidades de servicios básicos. Hay personal que labora en la oficina”, señala el dirigente, quien no solo habla por el gremio que representa sino por otros frentes de profesionales de la salud, como el Colegio de Enfermeras y Enfermeros del Guayas, Tecnólogos Médicos de la Provincia, Odontólogos, Obstetras y Obstetrices y de la Asociación de Laboratoristas Clínicos.

A la crisis económica se suma la postergación de muchas actividades, como los congresos de actualización, necesarios en estos momentos de emergencia sanitaria mundial.

De los 20.000 socios registrados, el CMG recibe la aportación de menos de 5.000, cuya recaudación se realiza de puerta a puerta ante las circunstancias actuales. Tenorio estima una pérdida económica de 10.000 dólares mensuales, pero lo más doloroso que les toca registrar es la pérdida de alrededor de 120 médicos, muchos de los cuales estuvieron al frente, combatiendo al coronavirus, en medio del caos que vivió Guayaquil por la pandemia.

Una situación similar vive el Colegio de Abogados del Guayas (CAG). Tras superar acciones legales que retrasaron el proceso electoral para elegir a la nueva directiva, la pandemia alargó más esa intención.

El Tribunal de Honor Electoral del CAG, presidido por el catedrático Juan Jiménez Guartán, ha suspendido en varias ocasiones el proceso eleccionario de autoridades y miembros de cuerpos colegiados, en cumplimiento del estado de excepción que ordenó el confinamiento social con fines preventivos, por el auge del coronavirus SARS 2 en nuestro país.

“Recientemente fijamos una nueva fecha (26 de septiembre del 2020), en virtud de una autorización del COE cantonal de Guayaquil, pero asimismo por directrices del mismo COE suspendimos nuevamente los comicios” por una extensión del estado de excepción, dice Jiménez.

El CAG, con 70 años de vida institucional y un padrón electoral de 16.303 votantes, está a la espera de que las condiciones sanitarias cambien para la realización de la jornada de sufragio, con la participación de 426 candidatos por cada una de las cinco listas inscritas. Pero se analiza también la posibilidad de implementar el sufragio electrónico.

“Estamos conscientes de que la implementación de este mecanismo para nuestro gremio será novedoso, pero a la vez innovador, y de esta forma no solamente garantizaremos la democracia, sino la vida y la salud de nuestros agremiados”, putualiza Jiménez.

EL DETALLE

Fallecidos. El gremio de los abogados registra alrededor de 110 colegas fallecidos durante el auge de la pandemia, que azotó especialmente a Guayaquil.