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El futuro de Llori es el prólogo al diálogo con el nuevo ministro Francisco Jiménez

Inquieta que Francisco Jiménez abra el camino a un acuerdo entre el PSC, UNES y el Gobierno. El correísmo no abandona la idea de la comisión de la verdad

LLORI
Levantando el vaso, como quien levanta una copa para brindar en una fiesta. Solo que esta no era una reunión de amigos, sino un pleno de la Asamblea abruptamente suspendido el pasado martes. La presidenta Guadalupe Llori saludó con su vaso a la bancada de UNES.HENRY LAPO / EXPRESO

El ministro Francisco Jiménez no la tiene fácil. Todas las bancadas del Legislativo, salvo la oficialista, tienen al menos un punto de fricción con el Ejecutivo. La mejor carta que tiene el exlegislador es precisamente esa, su calidad de excompañero del primer poder del Estado tan venido a menos por acusaciones tras acusaciones desde Carondelet.

Asamblea- Llori- comisión

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Y a ese conocimiento de la realidad interna del Legislativo es al que apelan las bancadas para que Jiménez “arregle” lo que el oficialismo propició al aliarse con Pachakutik y la Izquierda Democrática para elegir a Guadalupe Llori como presidenta de la Asamblea. Esto como punto de partida para crear un ambiente de confianza y reducir la tensión entre Ejecutivo y Legislativo.

No obstante, legisladores consultados por EXPRESO coinciden en que si bien es la Asamblea la llamada a resolver ese inconveniente interno, esperan del oficialismo coincidir en este aspecto luego de sostener y respaldar durante los últimos meses a la presidenta. “El presidente es el responsable de que Guadalupe Llori presida la Asamblea. Sería lo políticamente correcto que este no sea un acuerdo en dejar afuera a nadie, sino uno amplio. Se está planteando la comisión de evaluación. Ese es el primer paso”, comentó la jefa de la bancada de UNES, Paola Cabezas, quien además cree que el Ejecutivo debe esclarecer las denuncias de pedidos de dádivas por parte de legisladores a cambio de votos.

Debe haber una libertad de la Asamblea para sentarse, dentro del diálogo político, para una reestructuración.

Paola Cabezas, jefa de bancada de UNES.

Wilma Andrade, legisladora de la Izquierda Democrática (ID), reconoce que la alianza con el oficialismo nació mal, solo para la coyuntura de la elección de autoridades en la Asamblea para luego quebrarse. Sin embargo, lo que le preocupa ahora es que la nueva designación de Jiménez abone el camino para que se retome el fallido acuerdo entre el Gobierno, el Partido Social Cristiano y UNES, cuyo punto de quiebre fue la propuesta del correísmo de conformar una comisión de la verdad.    “Sabemos cuáles son los intereses detrás. Que se eliminen glosas, que hayan beneficios judiciales o la toma evidente del Consejo de Participación Ciudadana. Si esa unidad la logra el presidente es un descalabro institucional”, adelanta Andrade, quien reconoció al menos que en estas horas desde la posesión de Jiménez no ha escuchado la intención de revivir esa comisión.

Si el presidente retoma esa unidad con PSC y UNES sería un descalabro institucional y le pasará factura.

Wilma Andrade, legisladora de la ID.

Aunque UNES no ha abandonado la idea. “La comisión de la verdad fue una propuesta de campaña del presidente. Y debe buscar verdad en varios hechos e hitos que se marcaron como cierto y deben ser evaluados... No para evaluar fallos”, replica Cabezas.

Desde el Partido Social Cristiano (PSC) la herida sigue abierta, pero esto no los cierra a sentarse a conversar nuevamente con el Gobierno luego de la ruptura con su otrora aliado electoral. “Es una decisión que tendrá que tomar el partido en un momento determinado porque recuerde que fuimos horriblemente tratados en algún momento, pero por el bien del país se puede conversar. No digo que se vaya a dar, pero es necesario coincidir en bien general del país”, comentó el legislador socialcristiano Luis Almeida.

No digo que se vaya a dar una unión con el Gobierno, pero es necesario coincidir por el país.

Luis Almeida, asambleísta del PSC.

Desde Pachakutik, a decir de su coordinador de bancada, Rafael Lucero, también están dispuestos a abrir la puerta al Gobierno sin cruzar líneas rojas que ya quedaron claras en las reuniones públicas y privadas con el Ejecutivo: no a la privatización, no a la venta del Banco del Pacífico, no a la venta de CNT.