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Tragedia. Los pasajeros del yate Angy quedaron captados en fotos y videos en momentos previos al naufragio.Tomada de Facebook

Episodios opacos marcan el control a botes en las islas Galápagos

La Fiscalía investiga las cuatro muertes del naufragio ocurrido en el archipiélago. La inobservancia en la revisión del yate es clara, según ministra. Locales apuntan al sistema

A cuatro días del naufragio del yate Angy en aguas de Galápagos, se conocen más detalles de la situación que vivieron las 37 personas que se transportaban de Isabela a Santa Cruz.

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El martes pasado y ayer, afectados y allegados de quienes estuvieron en esa embarcación compartieron fotos y videos de los momentos previos y durante el percance.

“¡Llévennos!”, gritaba una señora a la tripulación de una lancha que llevó combustible al yate y que se fue sin recoger a alguna de las personas, según se ve en uno de los videos. En otro audiovisual que se viralizó, se recoge el pedido de otro viajero: “¡Coge bien la ola! ¡Se está llenando de agua!”.

Las imágenes captaron a los viajeros resignados, en horas de la tarde, cuando aún era de día. En la noche, en cambio, las grabaciones muestran el caos por el inminente hundimiento de la nave tras el desperfecto de los motores, como relataron varios sobrevivientes en tierra. Cuatro de los pasajeros murieron.

La Fiscalía investiga el hecho de oficio y por denuncias que presentaron varios afectados, según la presidenta del Consejo de Gobierno de Galápagos, Katherine Llerena: “La Fiscalía continúa con la revisión de las declaraciones que los pasajeros entregaron a esta autoridad. También solicitarán información a las diferentes autoridades, eso les permitirá determinar las responsabilidades”.

La funcionaria reconoce que hubo una “inobservancia” en el control de seguridad en el zarpe de la embarcación, dado el exceso de pasajeros y la falta de chalecos salvavidas. Esa revisión está a cargo de la Armada.

“La autoridad debe cumplir con lo que corresponde en cuanto al control, pero también como armador y como operador de esta embarcación tienen la responsabilidad de mantener esos medios de seguridad”, señala Llerena, quien sostiene que desde la emergencia del domingo el chequeo de seguridad se hace en todas las embarcaciones, y que se aplicará un seguimiento para que eso se cumpla de forma permanente.

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Un servidor público de la reserva natural se muestra escéptico sobre los controles más estrictos y apunta a situaciones de fondo que se estarían registrando en las islas. “A ellos para hacer las inspecciones de fibras de pesca o lanchas de cabotaje les dan para ‘las colas’. Por ejemplo, si les falta un extintor a bordo, un botiquín”, dice el funcionario de campo, quien prefiere mantener su identidad bajo el anonimato por posibles represalias.

Un operador turístico de las islas, que se gana la vida vendiendo tours, también refiere episodios opacos de un tema clave: “Se hacen trámites ‘por debajo’. Por ejemplo, la lancha Pepita (nombre ficticio) tiene una capacidad de 25 pasajeros y después de tres años aparece con capacidad de 29 o de 35 pasajeros, o sea aumentan la capacidad. Le aumentan, pese a que las lanchas tienen las mismas medidas y estructura”. Añade que estas situaciones no se denuncian para evitarse problemas en una localidad donde la mayoría se conoce.

Víctor, otro agente turístico, comenta que hay muchos secretos a voces. “Lo que siempre ha pasado. Lo que hacen es autorizarles el zarpe. Les dicen: ‘Mire, voy con dos o con tres (pasajeros en exceso). Tenga por aquí esto ‘para las colas’. Y le dicen: ‘Vaya’”, cuenta el vendedor de paquetes turísticos. Él teme que el turismo se afecte con el reciente hecho.

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Sobre las quejas ciudadanas, el director nacional de Espacios Acuáticos, de la Armada, Pablo Caicedo, envió un comunicado.

“En relación a la acusación que se realiza, pido encarecidamente se presente la denuncia formal en contra de los supuestos mal elementos, que desdicen el accionar de la Armada del Ecuador como institución que sirve día a día a la comunidad marítima, ya que las quejas indicadas no han sido presentadas formalmente a la institución, siendo percepciones en algunos casos, mal infundadas y que afectan la imagen de la Armada del Ecuador”, se lee.

UNA CONSTANTE

Los siniestros en Galápagos han sido una constante. Diario EXPRESO publicó el miércoles pasado un reportaje que recoge la estadística.

Después de Manta y Guayaquil, la zona de Galápagos ha registrado un alto número de siniestros marítimos desde hace más de una década, en dos análisis que ha realizado la Armada en el periodo 2011-2018 y 2019-2020, de acuerdo con los registros públicos a los que accedió Diario EXPRESO.

En el informe del primer periodo, cuando esa institución solo registraba los accidentes más grandes (por un estándar internacional), se detallan 104 percances. Manta aparece en primer lugar, con 24 siniestros; en segundo puesto está Galápagos, con 23; y en tercer lugar consta Guayaquil, con 17 registros. Los demás eventos ocurrieron en Puerto Bolívar, Salinas, Esmeraldas y en áreas de la Amazonía.

En el boletín del segundo periodo, de dos años, se registran 59 accidentes. La mayoría de esos eventos se reportaron en Guayaquil: 25 situaciones de riesgo en total. Por su pare, Galápagos presenta 10 incidentes; Manta, 8; y el resto corresponde a áreas de Salinas, Esmeraldas, Puerto Bolívar y la Amazonía.

¿Qué sucede en Galápagos? “Muchas embarcaciones de turismo de las islas Galápagos han tenido que parar sus operaciones por la pandemia mundial. Se espera que en el presente año se retomen las operaciones y para aquello es necesario que las compañías den cumplimiento del código de gestión de seguridad, realizando actualizaciones y el mantenimiento de sus equipos”, contestó semanas atrás David Guevara, jefe del Centro de Análisis y de Investigación de Accidentes Marítimos de la Dirnea, para un reportaje que este Diario preparaba sobre los siniestros.

Ante la repregunta para precisar si esa recomendación que se hizo en 2021 se debe a que se detectaron problemas mecánicos en el análisis de embarcaciones que zarparon y se siniestraron, dijo que sí.