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Elecciones: más temor a la fecha que al virus

El correísmo dice que la epidemia se usa de excusa para dejar fuera a Correa si se ratifica su condena

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El expresidente Rafael Correa en las últimas elecciones presidenciales de 2017. Agencia(ag-extra ag-expreso ag-quito)Archivo / EXPRESO

Para los militantes del correísmo no existen más razones que las políticas para querer aplazar las elecciones generales de 2021. Para ellos, la pandemia del coronavirus y los 90 días de confinamiento no son más que excusas para evitar que su líder sea candidato.

Y es que el expresidente Rafael Correa se va perfilando como el candidato a encabezar las listas de asambleístas o la vicepresidencia de la República por Fuerza Compromiso Social, agrupación que cobija desde las pasadas elecciones a la Revolución Ciudadana. Lo adelantó Virgilio Hernández la semana pasada. No contaban, no obstante, con el revés que profirió este viernes 19 de junio el contralor Pablo Celi en insistir en eliminar esas siglas -entre otras- por incumplimientos en su conformación y recogida de firmas.

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Ese obstáculo, aún pendiente de resolverse y en manos del CNE, no es el único para que el nombre del expresidente vuelva a merodear las urnas de Ecuador. Los tiempos son importantes y por eso, los cuestionamientos de sus seguidores. Un aplazamiento en la fecha de la primera vuelta electoral, programada para el 7 de febrero, significaría también más tiempo para que la Justicia se pronuncie en segunda instancia sobre la sentencia de ocho años en contra de Correa por cohecho, en el caso Sobornos, con la consiguiente posibilidad de que sea firme para la fecha.

“No pongan de excusas al COVID, digan que es por el miedo que le tienen a Rafael Correa”, escribió Vanessa Freire, coordinadora de Compromiso Social, en sus redes sociales. Es de las pocas representantes de las organizaciones políticas que asistieron al primer Consejo Consultivo organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que se opuso al diferimiento, ignorando el hecho de que si la sentencia al exmandatario fuese revertida en segunda instancia, ya no habría ningún impedimento para su postulación. Y, en cambio, su legitimidad electoral quedaría afectada si una eventual ratificación de la condena llega después.

Hasta antes de la declaratoria de emergencia, una encuesta de Click Report ubicaba a Rafael Correa con un porcentaje de aprobación ciudadana del 37,5%.

Pero la directora del partido Izquierda Democrática, Wilma Andrade, despeja las insinuaciones políticas y asegura a EXPRESO que Correa no tiene ninguna relación con el pedido de aplazamiento. La razón es tan obvia como la realidad del país: la alteración de la normalidad por la epidemia del coronavirus. “Él no representa un problema para el resto de organizaciones políticas. Lo que representa es el despilfarro, la corrupción y la arbitrariedad que vivió el país”, señaló la también legisladora.

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La directora de la Corporación Participación Ciudadana, Ruth Hidalgo, considera que mientras se respeten las fechas de posesión de las autoridades (17 de mayo para los legisladores y 24 de mayo para presidente y vicepresidente), cualquier modificación en los comicios es posible y hasta necesaria. No duda en achacar el “pataleo” del correísmo a que se pone en riesgo a la figura más representativa de esa tendencia, desde que era de Alianza PAIS.

LA POLÉMICA

A favor: normalidad alterada

El representante del Partido Social Cristiano (PSC), Alfredo Serrano, defiende un aplazamiento de la fecha de la primera vuelta porque considera que el coronavirus alteró la realidad del país, independientemente de las posturas o intereses políticos.

En contra: calendario sin cambios

Vanessa Freire, de Compromiso Social, señala que cualquier cambio en las fechas electorales pone en riesgo la seguridad jurídica y democrática de participación en las elecciones. Dice que se debe cumplir sin dilaciones el calendario aprobado por el CNE en marzo.