Standard & Poor’s
Oficinas de S&P, la calificadora de riesgos de origen estadounidense.Cortesía.

Standard & Poor’s mantiene la calificación crediticia de Ecuador en B-/B con perspectiva estable

La calificadora confía en que el país concluirá el acuerdo con el FMI. Advierte que puede bajar la nota si acciones como las de Perenco afectan el pago de la deuda. 

Este 17 de agosto de 2022, la calificadora de riesgos Standard & Poor’s (S&P) anuncio que mantiene la calificación crediticia de Ecuador en B- para largo plazo y B para el corto plazo, con perspectiva estable.  

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S&P señala que la perspectiva estable refleja su opinión de que, durante los próximos 12 meses, la administración de Ecuador seguirá comprometida con las políticas fiscales y económicas destinadas a reducir los desequilibrios económicos del país, a pesar de los riesgos de ejecución en un contexto de débil apoyo en la Asamblea Nacional y condiciones socioeconómicas frágiles. 

La perspectiva, dice S&P,  también asume un avance continuo bajo el acuerdo de facilidades extendidas del FMI (EFF, por sus siglas en inglés), que se espera que se complete en diciembre deeste año. Este último respalda el acceso al financiamiento oficial, que es clave dado el pequeño.

En días pasados, varias autoridades de Ecuador, como el ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, mantuvieron reuniones con S&P para definir la calificación crediticia.  

La calificadora advierte que podría  bajar las calificaciones en los siguientes 12 meses si una dinámica política  imprevista genera un retroceso en las políticas que conduce desequilibrios fiscales y externos superiores a los esperados, o afectan el acceso al financiamiento oficial. 

Por ejemplo, dice S&P, grandes aumentos en el gasto permanente financiados por el crecimiento de los recursos petroleros podrían aumentar la vulnerabilidad frente a cambios en los precios internacionales de las materias primas (commodities). 

Debido a que el acceso a los mercados internacionales aún es incierto, dice la firma internacional, los mayores déficits fiscales podrían aumentar la dependencia de la deuda a corto plazo, así, lo que revertiría la reciente mejora en el perfil de deuda, y aumentaría rápidamente las presiones de liquidez.

”A su vez, podríamos bajar las calificaciones si acciones legales tomadas contra el país, luego de diferentes procesos de litigio, limitan la capacidad de Ecuador para realizar pagos oportunos del servicio de la deuda o si vemos perspectivas de una operación de administración de deuda que podría considerarse un canje de deuda en condiciones desventajosas (distressed)”, advierte S&P tras el hecho ocurrido con la petrolera Perenco. 

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Del otro lado, S&P podría subir las calificaciones de Ecuador durante los próximos 12 a 18 meses si la ejecución fiscal y otro tipo de políticas se traducen en un ritmo de mejora fiscal más rápido de lo esperado, mientras que los superávits de la cuenta corriente se mantienen. 

“La combinación de flujos fiscales y externos más fuertes mejoraría la posición deudora externa de Ecuador y podría respaldar la recuperación del acceso a los mercados internacionales. También podríamos subirlas calificaciones soberanas si el crecimiento del producto interno bruto (PIB) real se fortalece y se alinea con el de sus pares con un nivel similar de desarrollo económico”, añade. 

S&P anota que la compleja dinámica política y social , incluido el desafío de larga data de reducir los subsidios a los combustibles, pesan sobre la capacidad de Ecuador para reducir aún más su brecha fiscal, a pesar de los favorables precios internacionales del petróleo.