Con una auditoría, se buscará detectar las anomalías    cometidas en el proceso de colocación de créditos de la Corporación Financiera Nacional (CFN); no obstante, una revisión inicial hace prever a sus autoridades que las irregularidades habrían transitado por tres vías. Una de las principales, y la que más preocupa, es la aparente concentración de cartera atada a un universo de 2.687 clientes    y la forma en cómo se ha estado calificando el riesgo para cada colocación.

“De esa cantidad de clientes, 900 están solo en el sector de transporte que representa $ 80 millones de dólares.    Si nosotros tenemos una cartera bruta de $ 1.750 millones y le quito esos $ 80 millones, significa que me quedan $ 1.670. Estamos hablando de una concentración terrible”, contó a EXPRESO el jueves pasado Iván Andrade, presidente de la CFN, quien considera que los préstamos de la entidad deberían estar en manos de más beneficiarios y en una mayor diversidad de sectores productivos.

Lo dijo tras un conversatorio que expuso la realidad que vive la entidad que le tocó heredar desde julio pasado. Lo que se teme es que haya existido un favoritismo a la hora de entregar créditos, concedidos aparentemente sin la rigurosidad técnica que se requiere y que hoy estaría llevando a la    entidad a enfrentar una de las tasas de morosidad más altas (17%) y a tener que    incrementar, por ley,    la inyección de provisiones para cubrir los desequilibrios de esos impagos. Ese rubro que en el 2018 alcanzó los $ 95 millones, escaló a los $ 318 millones en el 2020, un año en que la CFN llegó a registrar  $ 3,9 millones en pérdidas económicas.

Tras asumir el cargo, una de las tareas urgentes ha sido revisar    junto a las autoridades de la Superintendencia de Bancos las líneas de negocio que la entidad tiene. Solo en Factoring, dijo Andrade, se han encontrado operaciones por $ 44 millones, con una calificación de riesgo irreal. “Creemos que de esa cartera, al menos la mitad estaría con una baja calificación, entre D y E”.

Una sospecha es que se pudo haber otorgado créditos a    cambio de garantías que, en su momento, fueron sobrevaloradas. “Si eso es así, habrá nuevas pérdidas para la CFN porque el bien difícilmente las va a cubrir”, dijo el directivo, quien añadió que ante ese evento, el análisis encargado también incluirá el cálculo de    provisiones adicionales que deberán realizarse. Otro eje que se investigará son las condiciones bajo las cuales se han venido entregando los préstamos, pues tras una primera revisión ya hay indicios de que el trámite se hizo sin parámetros técnicos. “Si usted entra a ver la información,    y ve la estructura de un crédito (de una empresa), que ya en prepandemia estaba en problemas, pero que se le da a 20 años y tres de gracia, eso no es dable”.

Desde el sector productivo se cree que las irregularidades de la CFN vienen siendo un secreto a voces que esperan que sean corregidas. “Eso ayudaría a evitar que nuevas operaciones a futuro se vean truncadas por la dificultad de colocar y recuperar cartera”, dijo David Castellano, analista y consultor económico.

Xavier Villavicencio, exintendente General de la Superintendencia de Bancos, recuerda que cuando una empresa cae en impagos puede deberse a dos factores:    “o el negocio le fue mal o la empresa es mal pagadora, y esto último ya es otra cosa”, señala.

Villavicencio se pregunta por las medidas de seguridad que se tomaron dentro de un proceso que debe ser riguroso y que deben cumplir los bancos, y que va desde la revisión de la trayectoria de la empresa y sus balances, hasta ver quiénes son sus gerentes, accionistas para llevar el riesgo a lo más mínimo. El incremento que viene teniendo el monto de provisiones, debe preocupar a las autoridades de control. “Estamos hablando de un aumento del 200 %, lo que nos dice que la cartera que hoy es incobrable está cerca del 15 % o más. La Superintendencia debería estar muy atenta a esto por el gran peligro que representa”.