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Este año, el crédito de consumo registra una mayor facturación, pero es mesurada.Archivo / Expreso

La pandemia deja una lección de prudencia en los pagos

La facturación del crédito consumo crece, pero bajo cautela. La mora de  estos préstamos alcanza un 2,9%, su nivel más bajo en la última década

El crédito de consumo en la banca privada pasa por su nivel más bajo de morosidad al menos en la última década. Luego de haber llegado en abril hasta 2,94%, en septiembre la tasa cerró en 2,97%, según cifras de la Superintendencia de Bancos.

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Este tipo de préstamo es el que solicitan comúnmente las personas para compra de bienes, como autos y electrodomésticos, realización de viajes u otros gastos que no estén vinculados a actividades productivas. Dentro de este segmento se incluyen las tarjetas de crédito, que son de uso más cotidiano y también para emergencias médicas o de otro tipo. El monto promedio de este crédito se ubicó entre enero y agosto de este año en 2.403 dólares, según el Banco Central del Ecuador (BCE).

Con la pandemia, la cartera de consumo alcanzó un pico de morosidad de 6,74% en septiembre de 2020, que progresivamente ha ido disminuyendo. Marco Rodríguez, presidente ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), recalcó que la reactivación económica que se dio posterior al proceso de vacunación y la eliminación de las restricciones de movilidad ayudó a los clientes de la banca a ponerse al día en el pago de sus obligaciones, con apoyo de los alivios financieros que otorgaron las entidades.

Para Andrés Vergara, analista económico, la disminución de este indicador responde también a que, actualmente, la banca está otorgando créditos solo a “excelentes pagadores” que lograron sobrevivir financieramente a la pandemia. Explicó que cuando las personas caen en mora demoran un tiempo considerable en ser nuevamente susceptibles a recibir un crédito, porque su historial crediticio se vio afectado, y esto ocurrió con la pandemia.

Por el impacto de esta situación, en mayo de 2021, el presidente Guillermo Lasso ordenó mediante decreto ejecutivo que los burós de crédito eliminaran la información histórica de más de 1,7 millones de personas con deudas vencidas inferiores a 1.000 dólares. Los burós son entidades que recopilan información de los beneficiarios de créditos para analizar y calificar su comportamiento como pagadores.

Tengo cinco tarjetas, para viajes, seguros y servicios de internet. En ocasiones cancelo el pago mínimo y otras veces un poco más. Los seguros los pago a diferido.


Julia Alves
Usuaria de tarjetas de crédito

A septiembre, la cartera de consumo de la banca privada tenía un saldo de 14.507 millones de dólares, lo que representa un alza de cerca de 20% con relación a igual mes del año pasado.

Juan Pablo Marcano y su pareja Julia Alves accedieron en mayo pasado a un crédito por 7.500 dólares en el Banco del Pacífico para completar el dinero para la compra de un carro. El financiamiento fue a una tasa del 14% por 3 años y medio. Cada mes pagan una cuota de 226,9 dólares, que hasta ahora han cancelado puntualmente.

Las personas que caen en mora demoran un tiempo considerable en ser nuevamente susceptibles a crédito, porque su historial crediticio se afectó.

Andrés Vergara
Analista económico

Julia, quien trabaja en una firma multinacional, es además usuaria de cinco tarjetas de crédito, las cuales utiliza únicamente para el pago de viajes al exterior, seguros y servicios de internet. “Usualmente las voy pagando en cuotas de manera rotativa, en ocasiones cancelo el mínimo, otras veces, un poco más. Los seguros de auto y asistencia médica los pago a diferido”.

El consumo con tarjetas de crédito alcanzó una facturación de 6.902 millones de dólares en los primeros siete meses del año, lo que representó un alza de 25% con relación a iguales meses del año anterior, en sintonía con el ritmo de crecimiento que ha tenido la cartera de crédito de consumo en su totalidad.

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Sin embargo, como indicó EXPRESO en un reportaje pasado, el aumento en la entrega de plásticos ha sido más acelerado. Entre enero y julio se otorgaron 772 mil nuevas tarjetas de crédito, 64% más que en el mismo período del año anterior. Esta alta oferta de créditos se explica    -según Vergara- por la fuerte liquidez de los bancos. “Pero también noto que los ecuatorianos ya no quieren sentirse ahorcados con el pago de las tarjetas, después de la pandemia”, por eso, señala,    el consumo no crece al mismo ritmo, hay mayor prudencia a la hora de comprar.

Estefanía Díaz maneja cuatro tarjetas de crédito, principalmente para pagos de salud, comida y la educación de su hija. Solo en valores altos, cerca de los 1.000 dólares, difiere el pago. Sus ingresos varían, por ello cuando tiene un “buen mes” procura cancelar la totalidad de sus consumos, pero también ha caído en los pagos mínimos. “Una vez, durante la pandemia, caí en mora. El banco me hizo un refinanciamiento y me bajó la cuota, pero a los tres meses logré precancelar toda la deuda”.

La reactivación ayudó a los clientes de la banca a ponerse al día en el pago de sus obligaciones, con apoyo de los alivios financieros que otorgaron las entidades.

Marco Rodríguez
Presidente de la Asobanca

Vergara recomienda a los usuarios de tarjetas de crédito pagar lo que más puedan en el mismo mes, no únicamente el mínimo, para evitar que “los intereses se coman la deuda”. En caso de caer en mora, aconseja reducir los gastos para intentar ponerse al día, antes de pedir un refinanciamiento a una entidad bancaria.