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Eugenio Fernández tocó la campana para anunciar, por primera vez, la venta de acciones de su empresa.Cortesía

En Ecuador es posible convertirse en accionista de 60 empresas

Ese es el número de firmas que transan acciones en bolsas. Corporación Fernández anuncia su ingreso a este mercado, que en 2022 movió $ 42 millones

La campana volvió a replicar ayer en las instalaciones de la Bolsa de Valores de Guayaquil (BVG). Esta vez para anunciar que Corporación Fernández, aquella pequeña avícola que nació en un antiguo mercado de la ciudad hace más de tres décadas, abría al público el 15 % de sus capitales, convirtiéndose así en la firma número 60 que en Ecuador hoy cotiza y vende sus acciones en el mercado bursátil.

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En 2022 se llegó a mover $ 42 millones en transacción de acciones, un 7 % más que el año previo. Si bien su participación continúa siendo mínima si se compara con el total de títulos valores que se emiten en bolsas (no llega a ser ni el 1 % de lo que se negocia), no deja de ser una alternativa atractiva, aunque poco conocida, para quienes buscan otras opciones de inversión.

Actualmente el capital total de Corporación Fernández asciende a $ 11,5 millones, lo que implica que, entre los próximos 90 y 120 días, 1,7 millones de dólares en acciones estén disponibles al público. El precio aún no se ha establecido, pero que según sus ejecutivos será competitivo frente a la oferta que ya existe en ese parqué.

12 POR CIENTOes la tasa que se llega a pagar por rendimiento de cada acción

De acuerdo con data del mercado de valores, hasta el cierre del año pasado, el costo por acciones de las empresas que más se llegaron a negociar fluctuó entre los $ 0,79 y los $ 86. El 63 % de los $ 42 millones transados fue movido por la compra y venta de acciones de Corporación Favorita, dueña de la cadena de supermercados Supermaxi, a un costo de $ 2,15 cada título. Le siguieron Banco Guayaquil, con una participación del 7 % y a un costo de $ 1,10 por acción; y Produbanco, con un 4,5 % y un valor de 0,79 % (el más bajo).

El costo de una acción es un factor importante a tener en cuenta a la hora de invertir, pero los expertos bursátiles aclaran que no necesariamente es lo más decisivo. Lo que hace que una acción sea más o menos atractiva es el rendimiento que el dueño de ella recibe año a año por tenerla. Este dividendo lo paga la empresa y su valor dependerá de varios factores, como su desempeño económico y de cuántas utilidades genera.

“De tal manera que no vale solo fijarse en el precio de la acción, sino en el retorno que tendrán estos papeles, a partir de los dividendos o utilidades que vienen pagando las empresas con relación a ese valor”, explica Vicente Muñoz, director de la Casa de Valores Intervalores, que desde el 2008 viene acompañando a Fernández con la emisión de obligaciones en este mercado y que hoy también la orienta en la colocación de acciones.

El experto bursátil añade que este título valor, a diferencia de otros, tiene una rentabilidad variable que, como cualquier inversión, implica un riesgo.

En la rentabilidad de una acción no solo incide el dividendo que pague una empresa, señala, sino también otros factores, como las proyecciones o expectativas del giro de negocio, que no son otra cosa que las señales sobre lo mal o bien que le puede ir a una empresa en el mediano o largo plazo.

“Si eres un tipo despierto y por el mes de julio te das cuenta de que el banco X que cotiza en bolsa va a ganar el doble del año anterior, el precio de esa acción con seguridad va a subir”, de tal manera que el costo futuro de esa acción puede superar la inversión inicial.

Este mercado, aún incipiente en el país y poco explorado de acuerdo con los expertos, debería representar, como sucede en otros países, una de las principales alternativas para invertir. En los últimos años, las empresas han venido pagando entre un 8 y 12 % de rendimientos.

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No obstante, reconocen que la ausencia de un mercado secundario muchas veces puede ser un desincentivo, pues no siempre es tan fácil vender un título valor para recuperar de forma rápida el dinero invertido.

Ricardo Rivadeneira, presidente de la BVG, admite que reforzar esto último sigue siendo un pendiente y, en ese sentido, la Junta de Regulación Financiera, dice, debería emitir normativas con mayores incentivos, para que existan más participantes demandando estos títulos, que generalmente pertenecen a grandes empresas con músculo económico y capacidad de pago.

Para Muñoz, la demanda en el mercado de capitales poco a poco va mejorando, pues cada vez existen más personas que se animan a adquirir acciones, sobre todo las que más se negocian. Fernández, cuenta, por ser nueva en esto, ha decidido crear un portafolio en una administradora de fondo, para suplir una posible demanda y con ello cuidar también el valor de la acción. “Esto porque recién arranca. Si hay alguien que quiera vender un papel, pero no hay    nadie que lo quiera comprar a justo precio, en ese momento el portafolio entra a comprar, no    se tiene por qué perder”, argumenta.