Economía

Los negocios del terremoto

Se incrementa la venta de linternas La ciudadanía adquiere mochilas para emergencia y botiquines Los vendedores ambulantes aprovechan la coyuntura

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Venta. William Baque y Tomys Preciado vocean en las calles de Guayaquil productos que deben estar en una mochila de emergenciaInternet

¿Se puede sacar beneficio de las situaciones adversas? La respuesta la dan -con hechos- los vendedores informales de Guayaquil. Ellos desde el 16 de abril, cuando ocurrió el terremoto en el país de 7,8 de magnitud, se han volcado a las calles a vocear los productos que debe llevar una mochila para emergencias.

Han cambiado los productos que ofertaban antes de la primera quincena de abril. Un ejemplo es William Baque, él antes vendía limones, pero el último mes vocea linternas.

Al día siguiente del terremoto logró comercializar 200 linternas, a un dólar cada una. Después las ventas bajaron hasta 50 por día, pero las dos réplicas que se dieron el miércoles de 6,8 de magnitud movieron la tierra y la necesidad de la ciudadanía de tener una mochila de emergencia, y entonces la venta subió otra vez.

Hay vendedores que cambiaron la frase que vocean en los buses y en las esquinas de los semáforos de Guayaquil. Ahora dicen: “Lleva el chocolate para la mochila de emergencia, tres por un dólar”.

Una creatividad también utilizada por Tomys Preciado, quien siempre ha vendido papel higiénico y pasta dental. Pero ahora seduce a sus compradores al decirles que es importante incluir estos artículos en el maletín de emergencia.

El lema de los vendedores ambulantes es que si del cielo caen limones, hay que aprender a hacer limonada. Ellos saben leer las coyunturas para sacarles provecho.

Así quienes hoy venden linternas para cuando se va la energía eléctrica por las réplicas, a futuro estarán ofertando las camisetas de la selección porque hay un partido para la clasificación al Mundial. Y es que son microempresarios que saben sacar adelante su negocio. Se adaptan para evitar que el desplome económico los ‘aplaste’, de pasar eso para ellos puede implicar que su familia no almuerce y es que viven de lo que venden cada día.

En los negocios formales también se trata de atender las necesidades de un mercado, que por ahora demanda artículos útiles para después de un terremoto. En el almacén Chimborazo Jr. se ofertan las mochilas, su administrador Marcelo Vela dice a Diario EXPRESO que las ventas de los maletines se han incrementado, pero como coincide con la apertura de clases en la región Costa, no sabe si los clientes hicieron la compra para uso escolar o para emergencia.

En los autoservicios también hay promociones. Así los vendedores ambulantes y empresarios sacan beneficio a la adversidad.

“Se vende más lo que lleva el botiquín”

¿Se puede sacar beneficio de las situaciones adversas? La respuesta la dan -con hechos- los vendedores informales de Guayaquil. Ellos desde el 16 de abril, cuando ocurrió el terremoto en el país de 7,8 de magnitud, se han volcado a las calles a vocear los productos que debe llevar una mochila para emergencias.