Los productores denuncian la falta de control en la comercialización; los exportadores alegan que solo se trata de un reclamo por conveniencia, pero lo cierto es que los bajos precios que hoy se pagan en el campo hunden en la crisis a los bananeros que, tras no sentirse ayudados, advierten con hacerse escuchar en cortes internacionales.

El irrespeto a la firma de contratos de exportación y al pago del precio oficial ($ 6,40) ha sido un reclamo de siempre en este sector, pero que ha venido a agravarse en época de pandemia. Así lo denunciaron ayer un grupo de productores de Guayas, Los Ríos, El Oro y Esmeraldas que, reunidos en Guayaquil, convocaron a la prensa para dar a conocer que la situación está volviendo a esta actividad agrícola insostenible, con perjuicios que no solo golpean al productor sino al país. “En finca por caja se está pagando desde $ 2,00 y $ 2,50, algo que nunca se había visto antes”, menciona Kurt Serrano, de la Asociación de Bananeros de El Oro, el productor. “Si solo este año ya hemos exportado 200 millones de cajas, quiere decir que la pérdida bordea los $ 400 millones, dinero que deja de percibir no solo el agricultor sino el propio Estado”.

Esto, dice, se da porque el Gobierno no hace respetar la Ley de Banano en vigencia, que obliga que el producto de exportación se comercialice vía contrato que haga respetar el precio de sustentación. Por eso, señala, su gremio alista una demanda que, no descarta, hacerla en contra del mismo Estado. “Iremos a las cortes internacionales. ¿Por qué afuera? Porque esta denuncia ya la hemos hecho en Contraloría, en Fiscalía, a la Presidencia, al Ministerio de Agricultura, pero nadie hace nada”, menciona.

Desde el sector exportador se cataloga a este reclamo por conveniencia, pues la queja siempre surge cuando los precios están bajos. Richard Salazar, presidente de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), recuerda que parte de la realidad que hoy viven los bananeros responde a la decisión de un 40% de ellos de, desde un inicio de año, no comercializar su fruta bajo contratos, para poder aprovechar así los altos precios que previo a la pandemia dejaba el mercado spot.

Un porcentaje que de largo se distingue al que citan los productores, pues estos aseguran que a nivel nacional, el 80 % de la musácea que se exporta se estaría facturando a precios spot. Una muestra de lo que está sucediendo, dicen, son las denuncias que llegan hasta la Dirección de Posicionamiento Estratégico de Musáceas del Ministerio de Agricultura, donde supuestos exportadores denuncian a otros por competencia desleal, pues no todos están pagando el precio oficial. Pero, ¿quiénes son esos exportadores que no cancelan lo que deben? Nombres, asegura el productor Antonio Pineda, nadie se atreve a dar por represalia a una baja de cupo. Por ello, dice, en este tema el orden debe marcarlo la autoridad.

Según Acorbanec, de enero a junio de este año el país exportó más de 203 millones de cajas. Si bien la cifra es un 8,8 % más que el año pasado, eso, dice Salazar, no significa que el país esté recibiendo más divisas. La demanda a nivel internacional se ha incrementado, pero no así el precio que sigue afectado en países con economías afectadas por la baja cotización del crudo. En esto, acota, tampoco ha ayudado la sobreoferta que el mismo mercado interno ha creado. En el 2019 se sembraron 4.000 hectáreas nuevas. Todo esto ha llevado a que “muchos compradores del exterior cambiaran las condiciones de los contratos firmados”.

• MAG: "Hay que llegar a acuerdos"

Desde el Ministerio de Agricultura se asegura estar atendiendo cada una de las denuncias que, formalmente, los productores han remitido a la entidad. Así lo asegura José Grunauer, director de Musáceas, quien dice que al menos el 95 % de ellas ya ha sido resuelta.

Grunauer recuerda que un acuerdo ministerial legalizó el comercio spot en el país, pero siempre y cuando el precio que se prevé no sea inferior al precio mínimo oficial. No obstante, reconoce que la crisis actual del mercado mundial ha venido generando condiciones comerciales excepcionales, para las que se requiere que exportadores y productores lleguen a acuerdos. Hoy esa es la salida. “Se necesitan mecanismos para que la cadena subsista. Este es un año en el que todos debemos subsistir”.