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Una economía en terapia intensiva

El nuevo mandatario deberá concentrarse en acelerar la recuperación tras el golpe de la pandemia. El programa de vacunación jugará un papel decisivo.

Pesca
El sector pesquero no paró durante la pandemia y mantuvo las exportaciones.Guillermo Lizarzaburo

Hasta fines del año pasado, tanto organismos multilaterales como el mismo Banco Central del Ecuador (BCE) coincidían en que el 2021 será un período de recuperación económica, luego de la peor crisis desde que hay registros.

Ahora, transcurrido un mes del año, se sabe que esa recuperación estará atada al proceso de vacunación para frenar la pandemia de COVID-19. De hecho, el Banco Mundial ha advertido que si el proceso de vacunación se retrasa, el crecimiento económico puede llegar a ser menor al previsto.

El candidato presidencial que llegue a sentarse en el sillón de Carondelet en mayo deberá tomar la posta del proceso de vacunación del actual régimen, que ha estado marcado por la opacidad y diversos cuestionamientos.

Con ese eje transversal, el flamante mandatario deberá atender una economía en terapia intensiva, que tardará años en recuperarse a los niveles previos de la pandemia, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

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El nuevo presidente de la República tendrá la tarea de acelerar la recuperación de ese ‘paciente’ o, por el contrario, agudizar más su cuadro, si se toman medidas equivocadas.

Entre los temas urgentes a resolver están el desempleo y el crecimiento de la pobreza que dejó la crisis, de los cuales todavía no hay cifras claras debido a la demora en las publicaciones de los datos por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Infografia
Info.Expreso.

En medio de esos graves problemas, el nuevo Gobierno tiene el corsé de contar con recursos limitados: no hay ahorros, el acceso a la deuda es escaso y los ingresos fiscales cada vez son más insuficientes.

De acuerdo con analistas económicos y bancos de inversión, el nuevo mandatario estará obligado a dejar su ideología a un lado y tomar decisiones económicas pragmáticas para tratar de afrontar la compleja situación.

En ese sentido, una de las principales interrogantes es qué sucederá con el acuerdo suscrito por el actual régimen con el FMI por $ 6.500 millones, de los cuales aún falta desembolsar $ 2.500 millones.

Si bien la mayoría de candidatos han puesto reparos y han cuestionado el programa con el organismo, el consenso entre analistas y la banca de inversión extranjera es que cualquiera que llegue a Carondelet, independientemente de su tendencia política, deberá renegociar con el organismo, debido a la necesidad urgente de recursos.

No obstante, no todo el panorama es negativo. El Gobierno de Moreno implementó medidas que dejan una situación más manejable para el siguiente régimen. Por ejemplo, pese a la crisis logró un déficit fiscal menor al previsto (equivalente al 7 % del PIB en 2020), el desmonte gradual de los subsidios a los combustibles o la renegociación de la deuda externa.

Según el último reporte de la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU, por sus siglas en inglés), las relaciones con Estados Unidos y el FMI se han enmendado y fortalecido, la austeridad fiscal ha remplazado las políticas fiscales expansivas e insostenibles, y la formulación de políticas económicas se ha inclinado hacia la liberalización y se ha alejado del proteccionismo.

Cuando la próxima administración asuma el cargo en mayo, es probable que estas tendencias cobren impulso o se reviertan, plantea la EIU.

La calificadora de riesgos Fitch aseguró en su último reporte, publicado el viernes pasado, que el nuevo presidente de Ecuador deberá afrontar grandes desafíos. Según la firma, la recuperación económica de Ecuador y el progreso bajo su programa con el FMI enfrentan una incertidumbre considerable por las elecciones, con riesgos con cualquier de los resultados que se obtengan.

Fitch espera que los grandes desafíos políticos a las reformas y la consolidación fiscal se mantengan con cualquier resultado. Quien quiera que gane la presidencia puede enfrentarse a una Asamblea fragmentada o a la resistencia social a medidas impopulares, las cuales obstaculizaron reformas que planteó el presidente Moreno, como por ejemplo la reducción de los subsidios a los combustibles.

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RENEGOCIAÓN. Gracias a la renegociación de la deuda externa, encabezada por el entonces ministro de Finanzas Richard Martínez, el nuevo régimen deberá pagar montos menores en los próximos años. Se estima que hay que destinar para el pago de servicio a la deuda unos $ 500 millones, lo cual es un monto manejable. Debido a esa situación, bancos de inversión, calificadoras de riesgo y analistas económicos consideran que Ecuador no tendrá problemas, al menos en el corto plazo, para pagar la deuda externa. No obstante, las fuentes para acceder a nuevos créditos siguen siendo restringidas. La alternativa: los multilaterales.

ACUERDOS COMERCIALES. El Gobierno de Moreno ha buscado sellar acuerdos comerciales con diferentes socios. Uno de los principales pasos es el acuerdo de primera instancia suscrito con Estados Unidos, considerado el mayor socio comercial del país. Además, el régimen de Moreno se puso como objetivo unirse a la Alianza del Pacífico y se encuentra en negociaciones para firmar un acuerdo con México, requisito previo para unirse al bloque comercial. El nuevo Gobierno definirá si continuar en esa línea o frenar los acercamientos con esos socios comerciales.