Preparación. Alejandra enseña como prepara un porro para su consumo y las herramientas que usa.
Preparación. Alejandra enseña como prepara un porro para su consumo y las herramientas que usa.Juan Faustos

Drogas; tabú para adultos, recreación para jóvenes

Los chicos deciden usar estupefacientes por la intriga de saber cómo es consumir esto. Además creen que la adicción al cannabis es nula o mínima

La curiosidad es uno de los motivos por el que varios jóvenes deciden tener su primer acercamiento a las drogas. Se conoce mucho de aquellos que deciden consumir y no vuelven a ser los mismos, pero también están los que no presentan un cuadro severo de adicción, pero consumen.

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La adolescencia es un período donde los jóvenes marcan sus futuros a través de sus decisiones actuales, motivadas por el deseo y la curiosidad, ya sea para sus hobbies, gustos o lo que consumen, como las drogas.

Muchos de ellos dan su primer paso al consumo de algún estupefaciente por interés, como Alejandra, de 21 años, ella estudia música, relata que consumió por primera vez marihuana con una amiga.

Nadie me obligó a fumar, sola quise probar…era joven, tenía 16 años y como todos en esa edad tenemos interés por conocer cosas nuevas, por eso fumé” dice Alejandra, quien explica que la primera vez que consumió no sintió nada, hasta que decidió probarlo otra vez. Luego de esta experiencia tuvo reuniones para consumir, hasta los 19, que se volvió algo que hacía a solas. Dice que no ha tenido efectos negativos, pero intenta dejarlo, porque en pandemia llegó a fumar tres porros al día.

Según estudios del Instituto de Neurociencias de Guayaquil, del 2 al 15 % de la población del país, que tiene entre 15 y 40 años, probó algún tipo de droga.

Jorge, de 22 años, también estudiante de música, es parte de las estadísticas. Inició por curiosidad con marihuana a sus 18 años con su exnovia, pero después probó más estupefacientes, comenta que todo eso quedó en probar, a excepción del cannabis que aún le da un uso regular con amigos y solo, de forma casi diaria, pero cuenta que es por temporadas.

Los adultos por su forma de pensar cerrada solo ven la marihuana como un mal del último siglo.


Francisco

Estudiante de Adm. de Empresas

Al igual que los dos casos anteriores, Francisco, de 23 años, estudiante de administración de empresas, dice que si bien tiene un consumo diario, depende de su consumo semanal, él puede fumar un porro de marihuana, pero la cantidad que ingiere no es “la suficiente” para llevarlo a un punto de adicción. “No importa desde cuándo consumo, sino cuánto”, dice Francisco.

Fumo por ansiedad y eso no me gusta, pero más es por recreación y porque puedo; no por adicción.


Jorge

Estudiante de Música

Frente a este panorama de consumo de estupefacientes por curiosidad, también existen casos donde la droga, como la marihuana, es un medio para aliviar dolores corporales y trastornos mentales en las personas, ese es el caso de Alejandro, de 22 años, estudiante de derecho, que al inicio probó cannabis con un amigo por curiosidad a los 18, pero a los 19, por problemas de salud en su sistema nervioso, su psiquiatra le recomendó el uso de esta planta para aliviar sus síntomas, después de haberle recetado una variada lista de medicamentos sintéticos, como clonazepam y amitriptilina.

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“Me hacían más mal que bien, los efectos secundarios eran malos como la enfermedad” relata Alejandro; frente a esta problemática, de forma extraoficial, su psicólogo le recomendó el uso de cannabis para tratar su dolor. Fuma cada noche y cada mañana un poco para aliviar su condición.

Pero debido a la situación con el narcotráfico en Ecuador, a excepción de Alejandra, comentan que si quisieran dejar de comprarles la droga, entre las razones que tienen para seguir consumiendo el producto de los traficantes es el costo, es más barata, y el hecho que dejen de comprarles no cambiará la situación actual del país ni afectará a los narcos.

El consumo de estupefacientes para muchos será un tabú, en especial para aquellos de generaciones mayores, pero varios jóvenes lo ven como una práctica recreativa que no causa ningún daño a largo plazo.