La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) y otras organizaciones de la sociedad civil plantearon, este 23 de junio de 2022, una tregua tanto al Gobierno como a los dirigentes Indígenas que llevan adelante un paro que hoy cumple 11 días.

Monseñor Luis Cabrera dijo que está tregua debe basarse en compromisos concretos y con la asistencia de veedores que gocen de alta credibilidad a nivel nacional como internacional y que sean aceptados por ambas partes.

El primer compromiso de los convocantes a esa tregua es acompañar y propiciar un canal directo de diálogo entre el Gobierno y los dirigentes de la Conaie. Esto implica suspender todo acto de violencia entre los dos bandos.

"Crear zonas libres en donde se garantice la paz. Estas zonas proponemos que sean El Arbolito, universidades que hoy son centros de acogida, la Casa de la Cultura, la Plaza Grande y la Asamblea", dijo Cabrera.

Si hay apertura a esta tregua, las organizaciones de la sociedad civil solicitarán que se abra paso de inmediato al traslado de alimentos en todo el país, así como el respeto a servicios básicos y de salud, mientras se dialoga.

La propuesta incluye el desarrollo de una campaña de apoyo humanitario, de paz y promoción del diálogo. La CEE y otras organizaciones actuarían cómo veedores del proceso.

"Inmediatamente, desde otras instancias se hará llegar (la propuesta) tanto al Gobierno cómo a las organizaciones indígenas y sociales. Una vez que se acepte la tregua será el momento para mirar quién, cómo, cuándo y dónde se pueda acoger estos compromisos que simplemente presentamos como propuestas", señaló el presidente de la Conferencia Episcopal.

Esta mañana el Gobierno informó que se ha instalado un Punto de Paz en el colegio Manuela Cañizares, ubicado en la ciudad de Quito, cerca de donde se desarrollan las protestas. Ese lugar dara atención a madres con sus hijos y mujeres embarazadas que se han desplazado a desde las comunidades hacia la capital.

En la iniciativa participan varios ministerios del sector social, además de los Cascos Azules de Ecuador y cuenta con el apoyo de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.