La emergencia sanitaria no es la única calamidad que enfrentan los pobladores de la Amazonía. En Orellana y Sucumbíos también hay comunidades que sufrieron los efectos de la rotura de dos oleoductos y un poliducto, en abril.

Según datos oficiales, la afectación del incidente petrolero alcanzó a unas 6.500 familias ubicadas en las zonas ribereñas del Río Coca y Napo.

Los responsables de la reparación son entes públicos y privados. Por el lado estatal, la empresa petrolera Petroecuador ejecutó acciones de ayuda. Por el privado, las obras están a cargo de Oleoductos de Crudos Pesados del Ecuador (OCP).

Esta semana, por ejemplo, las dos empresas entregaron 6.500 tanques de agua con capacidad de 500 litros, cada uno. Aunque el incidente fue abril, la entrega se hizo apenas en noviembre por la capacidad de fabricación de las unidades.

OCP informó, además, que hicieron otras acciones conjuntas con la petrolera estatal. 108 comunidades han recibido 1,7 millones de litros de agua potable, 25.000 kits alimenticios y atención médica a más de 5.211 personas.