Al hilo. La sorpresiva renuncia del ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, Luis Gallegos, se suma a una serie de bajas de figuras en cargos relevantes del gabinete ministerial en tan solo un mes y empaña más la salida del presidente Lenín Moreno.

El pasado 19 de febrero, Juan Sebastián Roldán, entonces secretario de Gabinete, dimitió por “motivos personales”. Pocos días después, el 26 de febrero, lo hizo el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, empujado por las críticas a su gestión en el plan de vacunación contra la COVID-19. El 5 de marzo pasado fue el turno del ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, aduciendo cuestionamientos a su administración y por haber contraído nuevamente el coronavirus.

Ahora, llega la renuncia del canciller Luis Gallegos, en medio de un impasse diplomático con Argentina, pero no sería este el motivo de su dimisión sino una desautorización por parte del secretario de Gabinete, Jorge Wated, a una decisión adoptada por Gallegos.

Trascendió un memorando, con fecha 4 de marzo de 2021, en el que el entonces canciller informaba a los funcionarios diplomáticos nombrados por el presidente Lenín Moreno que deben iniciar el proceso de desvinculación, en base al artículo 116 de la Ley de Servicio Exterior. A lo que Wated respondió, seis días después, que será el jefe de Estado, mediante decreto, el que impartirá las disposiciones pertinentes.

La dimisión de Gallegos, pone una vez más de manifiesto la altísima itinerancia ministerial en el Gobierno de Moreno, que ha llegado a tener en algunas carteras hasta seis titulares en menos de cuatro años.

Un recuento de los cambios en el Ejecutivo desde que Moreno fue investido el 24 de mayo de 2017 reflejan que al menos 90 ministros y secretarios nacionales han pasado de una u otra manera, bien como titulares, bien como encargados, por las distintas carteras del Gobierno y, a veces, de una en otra.

A estas renuncias al hilo, se suma la deficiente gestión en el plan de vacunación contra la COVID-19, la crisis carcelaria, los dos fallidos intentos de que la Asamblea Nacional acepte debatir una ley para proteger a la dolarización y la rampante desaprobación a la gestión presidencial que opacan la salida de Moreno a un poco más de dos meses de entregar el poder.