El riesgo al contagio de un virus que, cada vez, irrumpe de manera insospechada en la humanidad, pone a los escenarios judiciales en la mira de los juristas, especialmente de los defensores técnicos en procesos con más de una decena de imputados.

Casos como los que se siguen en contra de presuntas redes delictivas vinculadas a actos de corrupción que se han detectado en hospitales públicos y del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), han debido migrar a otros escenarios que garanticen mejores medidas de bioseguridad, por el recomendado distanciamiento social.

Aunque la Unidad Judicial Penal Norte 2 de Guayaquil (Albán Borja) cuenta con veinte salas de audiencias, defensores de procesados en causas que se tramitan por delitos de peculado y de delincuencia organizada, solicitaron a los jueces que llevan esos expedientes que las audiencias de sustentación y preparatoria de juicio se desarrollen en el auditorio de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, ubicado entre las avenidas 9 de Octubre y Quito y la calle Pedro Moncayo. Según se conoció, abogados de los 18 defensores técnicos que están acreditados en los procesos que investigan a tres hermanos Bucaram Pulley y Salcedo Bonilla pidieron el auditorio de la Corte por la falta de aire y mobiliario en la sala de la Unidad de Albán Borja.

Un pedido que podría replicarse y chocar con similares solicitudes en otros casos, de abogados que buscan evitar el contagio de la COVID-19. Ante ese temor, ¿se hace necesario ampliar las salas para este tipo de diligencias en estos tiempos de pandemia?

Juan Jiménez Guartán, expresidente del Tribunal de Honor del Colegio de Abogados del Guayas (CAG), considera que se debe seguir manejando el tema de la virtualidad. “Creo que ampliar más salas para audiencias se va a incurrir en costos económicos que a la final no sabemos si la pandemia se va a recrudecer y tengamos que acudir nuevamente a un régimen de confinamiento y esa inversión va a quedar inútil”.

El jurista sugiere que se mejore el servicio para las audiencias telemáticas, para que los operadores de justicia o el Consejo de la Judicatura cuenten con programas sofisticados y, de esa manera, puedan desarrollarse las diligencias con normalidad.

Por lo pronto, las salas de audiencias de la Corte de Guayaquil -más espaciosas que de las unidades judiciales- y el mismo auditorio se convierten ahora en los escenarios más solicitados y adecuados para desarrollar diligencias que requieren la presencia de más de una docena de abogados, que optan por el sistema tradicional al telemático.